Aparece Sílvia muda de palabras habladas durante un buen rato, pero llena y rodeada de palabras espaciales, cantadas, lumínicas, instrumentales. Un despliegue teatral en torno a su obra musical ‘Farsa (Género imposible)’. No hay límites en esa hermosa farsa que todo lo adopta, que todo lo acoge.
Al cabo de varios temas nos da las buenas noches, extrañada ella misma de no haberlo hecho antes, pero al mismo tiempo comprometida con el arte del teatro que mientras hace que tenga que limitarse a una partitura, da la libertad absoluta a todos estos temas que de repente ocupan y se acogen en un espacio, en un vestuario, bajo unas estrellas que quizás nunca habrían imaginado.

La cantante y compositora se ha rodeado de un equipo de cincuenta personas, cuya exquisitez rinde en escena: la escenografía de Silvia Delagneau y Max Glaenzel, dramaturgia de Pablo Messiez, supervisión del movimiento de Elena Córdoba, vestuario de Cecília Molano y Javier Navas, proyecciones de piezas visuales de 16 mm de Adriana Vila Guevara, entre otros. Un laboratorio creativo a cargo de artistas de escenas diversas que representa una celebración de la interdisciplinariedad. Y es que este equipo ha acertado de lleno, porque la farsa, que ya de por sí es tan auténtica, ha crecido, ha resurgido, y se ha hecho aún más enorme, al menos ha descubierto un nuevo espacio tiempo donde estar, donde vivir. Y esos descubrimientos son oro puro. Únicos por lo menos.
Por no spoilear a nivel de formas escénicas, donde la sorpresa y la belleza tienen mucho que decir, simplemente comentar sobre este contraste de fortaleza y fragilidad del que habla el show y la obra original. Esta fragilidad que nos define desde el interior y al mismo tiempo hace mostrarnos hacia fuera como personas llenas de fortaleza. A caballo entre la riqueza aparente y el vacío real, tan propio de nuestros tiempos. Es entrar en una habitación, en una casa, dentro de una intimidad que pertenece a alguien pero al mismo tiempo ha sido enriquecida por otros, incluso por aquella que mira: la persona espectadora.

Esta versión de ‘Farsa (Género imposible)’ se trata, en definitiva, de un nuevo diálogo entre diferentes disciplinas artísticas, que aparece como continuación lógica de un trabajo discográfico que propone como punto de partida ese mismo diálogo.
Se estrenó este pasado Festival Grec 2021, y previamente ya había presentado esta última obra en otros dos formatos diferentes: en solitario y acompañada de una banda despampanante. Realmente, es necesario vivirla, en cualquiera de las versiones, aunque esta versión teatral desprendía la autenticidad del artista, y verlo en Girona, tan cerca de Calella, no tiene precio. Y los juneis se te derriten, después de casi dos horas de tanta belleza.
Hacer Comentario