VENECIAFRENIA
Hoy Alex de la Iglesia y su nueva propuesta han sido los encargados de recibir a nuestros cuerpos todavía dormidos a las 8 de la mañana para iniciar una nueva jornada del Festival. A juzgar por la cantidad de gente que ha madrugado para subir hacia el Auditori, la expectativa era grande. Y si en Barcelona llevamos tiempo con el debate sobre turistas sí o no por su impacto en la ciudad, el realizador vasco ha venido a explicarnos que en Venecia ya lo tienen claro.

En Veneciafrenia, la ciudad de los canales y parte de sus habitantes, organizados en una especie de secta secreta, ha decidido que los turistas que infestan el lugar con su invasión de los lugares más populares, sus comportamientos y su contaminación son un mal que debe erradicarse. Hasta las últimas consecuencias y por los medios más expeditivos, lo que vivirán en piel propia un grupo de españoles que ha viajado a Venecia para celebrar la despedida de soltera de Isa (Ingrid García Jonsson). Ella y sus amigos (Silvia Alonso, Nicolás Illoro, Alberto Bang) llegan dispuestos a vivir la fiesta y los carnavales al máximo, pero después de una velada con demasiado alcohol y poca conexión con los locales terminarán corriendo por sus vidas entre los callejones de la ciudad italiana.

Y si a Alex de la Iglesia en más de una ocasión le reprochamos que en sus películas suele haber un punto donde pierde el norte y las buenas ideas se le escapan de las manos, la sensación de hoy ha sido que ni siquiera la primera parte de esta Veneciafrenia ayuda al balance general.
La película, aunque quiera hacer una sátira sobre el turismo y el comportamiento de los guiris, hace gala de situaciones entre tópicas, forzadas e inverosímiles, interpretaciones nada convincentes donde ninguno de los protagonistas resulta ni creíble ni alguien a quien te importe lo que le pase y un terror de brocha gorda que excepto en algún momento gore torpe poco han ayudado a acabar de despertar al público madrugador.
Sin embargo, tras la decepción matutina el cine asiático ha venido a nuestro rescate proporcionándonos una vez más las alegrías de la jornada.
LIMBO
Dirgida por Soi Cheang, Limbo se ha convertido ya en una de nuestras preferidas de este certamen. El realizador de Macau nos sirve un thriller policial violento, crudo y sin concesiones presentado en un riguroso blanco y negro y con un montón de acción rodada bajo una incesante lluvia y entre calles sucias, estrechas y llenas de obstáculos.

Un escenario asfixiante que se pone al servicio de la historia que cruza los caminos de un asesino en serie, un policía atormentado por unos hechos del pasado (Ka-Tung Lam), su nuevo compañero (Mason Lee), un agente mucho más fiel a las normas y procedimientos, y una joven delincuente (Yase Liu) devorada por la culpa y que acabará siendo víctima de todos.
El director de Macau, apoyado en la maestría del director de fotografía Siu-Keung Cheng, se sirve de la luz y la oscuridad en un juego de contrastes entre lo sórdido, sucio y negro de los actos del asesino y de las almas de los protagonistas con unos pocos rayos de luz de esperanza.

Y el resultado es un filme que brilla tanto en el aspecto formal como en la forma en que despliega su historia manteniendo al espectador en una tensión y querida incomodidad constantes. Todo ello ayudado de grandes interpretaciones de todo este conjunto de protagonistas incapaces de escapar a sus miserias y que aún se revuelcan más y más en la violencia, la humillación, el dolor y la extenuación física y mental.
Colocamos pues a Limbo en nuestra lista de lo mejor que hemos visto aquí en Sitges y en la terna de los films que deberían tener un merecido reconocimiento en el palmarés.
BEYOND THE INFINITE TWO MINUTES
Con una factura mucho más modesta pero cargada de buenas ideas. el tercer film del día era aquel en el que muchos esperaban encontrar el nuevo One cut of the dead, la cinta con zombies de cine dentro del cine que sorprendió al público en una edición anterior.

Beyond the infinite two minutes comparte con aquella un reducido presupuesto, naturalidad y un puñado de ingenio pero la trama es muy diferente. El protagonista aquí es Kato (Kazunari Tosa) el dueño de un café que vive en un pequeño apartamento justo encima del local. Un buen día descubre que lo que ve en la pantalla del televisor de casa le muestra lo que ocurre en la cafetería justo dos minutos antes. Un punto de partida al que Junta Yamaguchi le saca partido enrevesando la historia de la mano de las situaciones en las que se encontrarán el grupo de amigos y clientes del protagonista al intentar sacar provecho y entender el curioso fenómeno.
El resultado de esta premisa es un film simpático, entrañable y ligero sin más pretensiones que la de soltarse de la mano de sus simpáticos protagonistas y las situaciones que puede dar de sí un fenómeno curioso que de hecho tampoco es que tenga demasiada utilidad.
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