Que el cine asiático cuenta con la debilidad por parte de los programadores del Festival de San Sebastián es una realidad ya conocida desde hace muchas ediciones. Este año se ha dedicado una de las retrospectivas a la edad de oro del cine clásico coreano además de organizarse diversas actividades en un intercambio cultural con Corea del Sur durante el certamen. Y la programación en las salas de hoy también evidenciaba esta buena armonía.
“Aloners” (“Hon-Ja Sa-Neun Sa-Ram-Deul“) de Hong Sung-eun
El primer film que hemos visto hoy, dentro de la sección Nuevos Directores, es también el primer largometraje de la directora coreana Hong Sung-eun. Llegaba a Donosti precedida por el éxito recogido en otros festivales como el de Jeonju, donde se premió tanto la película como la actriz protagonista, y el de Toronto que la incluyó en la programación de su última edición.

“Aloners” sigue un momento de la vida de la Jina ( Gong Seung-Yeon ), una chica que trabaja en el centro de atención a los clientes de una compañía de tarjetas de créditos, atendiendo llamadas y resolviendo problemas. Parece tener un talento natural para su trabajo y lleva tiempo siendo la mejor empleada. Pero en el momento que se juntan algunos problemas personales con el encargo de su cabeza para que forme una nueva empleada empezarán a aflorar los problemas de soledad y de dificultad para las relaciones personales de la Jina.
Con una premisa sencilla pero magníficamente expuesta, “Aloners” se sirve de elementos visuales y sonoros para mostrar como aquellas personas que aparentemente pueden parecer felices y con una vida social plena, en realidad pueden ocultar una terrible soledad. Una soledad que incluso cuando parece buscada (la protagonista evita el contacto con sus vecinos de un bloque de apartamentos y se aísla constantemente con sus auriculares), puede terminar estallando para aflorar una realidad de tristeza nada querida .

En Corea tienen incluso una palabra, holojok, para referirse a estas personas que parecen querer vivir aisladas del mundo todo y habitar en entornos urbanos frenéticos de vida en comunidad. Pero a través de la mirada sobre esta chica de veinte y pocos que encaja en esta denominación, Hong Sung-eun pone la mirada sobre temas universales: el aislamiento, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, las dificultades de las relaciones intergeneracionales, la negligencia de las sociedades que no paran suficiente atención a las dificultades de sus individuos. Y lo hace con un ritmo pausado, sin giros abruptos, pero que va construyendo una profunda grieta que cala en el espectador a medida que aflora a la superficie y que se sirve de la magnífica interpretación de Gong Seung-Yeon que le pone el rostro con elocuentes miradas, diálogos y silencios.
Todo un nombre más a seguir de la filmografía coreana.
“Fire on the plain” de Zang Ji
La película de Zhang Ji, una adaptación de la novela china homónima de Shuang Xuetao, transcurre en dos puntos temporales: primero en 1997 y luego en 2005. Son dos periodos históricos clave para entender los cambios que han llevado a la sociedad china a crecer de manera tan pronunciada.
China, 1997. Una serie de asesinatos golpea la ciudad de Fentun. Los crímenes cesan misteriosamente sin que las autoridades hayan podido encontrar al autor. Ocho años después un joven policía cercano a una de las víctimas decide reabrir la investigación.

“Fire on the plain” es un thriller que navega en medio de una historia de amor, los problemas de una sociedad que cambia y los desengaños de una serie de personajes que no acaban de conseguir lo que querían en su vida y terminan llevados por la circunstancias. No deja de ser una muestra de un cine negro clásico pero, como suele darse en los productos chinos, centrándose y con la excusa de hacer un retrato de la sociedad y los cambios que se han ido produciendo a lo largo de los años.
“Fire on the plain” es un thriller correcto, sin demasiadas sorpresas en cuanto lo que se dice o cómo se llama y que, principalmente, entretiene, lo que ya es decir mucho si comparamos con otras propuestas de días anteriores.
“La hija” de Manuel Martín Cuenca
La racha asiática del día la rompía esta cinta de Manuel Martín Cuenca que se presentaba dentro de la Sección Oficial aunque no entra en competición. A “La Hija“, Javier Gutiérrez da vida a Javier, un hombre que trabaja en un centro de menores con problemas de Andalucía. Vive en medio de la montaña en una casa aislada, junto a su mujer Adela (Patricia López Arnaiz) y dos perros. Una vida tranquila que se verá alterada el día que decide ayudar a una de las chicas del centro, Irene (Irene Virgüez), una adolescente embarazada que decide huir del centro cuando su novio y padre de la criatura (Sofian El Benaissati) ingresa a prisión.

La cinta, que comienza apuntando algunos temas sociales, acaba derivando hacia una trama de thriller de género. Un thriller con algunos estimables aspectos técnicos pero que por desgracia cuenta con un guión no muy consistente, algunas situaciones difíciles de tragar, unos diálogos de poco calado que ni siquiera los actores protagonistas consiguen salvar y demasiado subrayados de lo que tiene que pasar que le quedan sorpresa a toda la trama.
Además, con una película escrita por tres hombres y dirigida también por un hombre, se queda en un discurso bastante basto y simple sobre la maternidad y los sentimientos que conlleva.
“Are you lonesome tonight?” de Wen Shipei
Para comparar hemos terminado el día con otro thriller chino. Una propuesta en el que sí ha sido importante que se dice y, sobre todo, como se dice. “Are You Lonesome Tonight?” es el primer largometraje de Wen Shipei, con el que participó en los mercados del Festival de Shanghai y el de Berlín, donde ganó el premio Talento Highlight. La película se estrenó en una proyección especial dentro de la selección oficial del último Festival de Cannes.

El punto de partida es bastante sencillo y, en principio, previsible. Un joven convencido de haber provocado una muerte accidental entabla una ambigua relación con la viuda de la víctima, mientras un policía intenta resolver la investigación que cambiará su vida para siempre.
Con un inicio donde te muestran el personaje en su desenlace que te hace llegar a una serie de interpretaciones que la narrativa, los puntos de giro de la trama y no mostrar todo lo que toca mostrar, lleva al espectador de sorpresa en sorpresa en un film donde también destaca la imagen, los colores y la música.
Un viaje por la culpa, el perdón y la redención que a pesar de verse de madrugada con sus curvas y bifurcaciones te mantiene despierto y pegado a la butaca.
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