Ni en pleno verano nos dan una tregua con el estreno de nuevas series y Netflix menos que nadie. La plataforma acaba de estrenar “(Des) Encanto”, la nueva serie de animación de 10 capítulos surgida del imaginario de Matt Groening, el creador de Los Simpson y Futurama. Su inconfundible estilo gráfico habitual se pone ahora al servicio de un cuento medieval protagonizado por una princesa que no tiene nada de aquellas de las historias que comenzaban con el “Érase una vez …”.
¿De qué va?
El reino de Utopía, enclavado en un acantilado, es gobernado por el poco preparado rey Zog (John DiMaggio) y una extraña mujer/anfibio de la civilización vecina con quien se casó en segundas nupcias por razones diplomáticas. La familia la completan el hijo bobalicón de la pareja real y la princesa Tiabeanie “Bean” (Abbi Jacobson), fruto del primer matrimonio del rey. Bean dista mucho de ser la típica princesa de cuento. Juega a póker, bebe mucho más de la cuenta, es una malhablada y odia todas las tradiciones de su posición.
Todo ello no será una excepción ni el día de su esperada boda con el Príncipe Guysbert. Mientras toda la familia espera en palacio, Bean se encuentra inmersa en su enésima borrachera en la taberna del pueblo. Así comienza una serie de aventuras de la princesa rebelde a la que pronto se unirán dos compañeros inseparables, un Elfo (Jeny Batten) que había abandonado su pueblo con ganas de ver mundo, y un demonio que tramaba maléficos planes para llevar la maldad a Utopía.
¿Quién está detrás?
“(Des) encanto” es la primera nueva creación de Matt Groening en casi dos décadas (Futurama se estrenó en 1999 y Los Simpson se remontan ya a 1989). Y como en aquellas, vuelve a contar con colaboradores de las dos obras anteriores, como el guionista y productor Josh Weinstein o los directores Wesley Archer o Frank Marino. La larga lista de coguionistas incluye a Jamie Angell, Jeff Rowe y Shion Takeuchi.
Los encargados de poner las voces a los protagonistas no son demasiado conocidos, aunque ya cuentan con experiencia en eso de doblar a personajes animados, como Abbi Jacobson (Bean), Nat Faxon (Elfo), Eric André (Luci) o John DiMaggio (Rey Zog).
Las princesas ya no esperan al príncipe azul
“(Des) encanto” no acaba de resultar todo el rompedora que habría resultado unos años atrás, porque de hecho ya hace tiempo que sabemos que las princesas pueden ser groseras, atrevidas, poco amantes de los vestidos y los corsés, y reacias a esperar que venga un príncipe en caballo blanco a salvarlas.
La imagen de la joven de sangre real, inocente, dulce y sumisa que nos vendían en los cuentos de hadas y las películas de Disney la han echado por tierra ya varias ficciones, con casos que van de la saga de “Shrek” a la televisiva “Galavant“. La alcohólica y malhablada Tiabeanie es pues una más en una lista de protagonistas femeninas que serie a serie y película a película van intentando romper la norma, pero que a la vez se instaura en un montón de nuevos tópicos sobre la nueva figura de la mujer rebelde. Y a la postre, repite la tendencia en las obras de Matt Groening de hacer recaer en los personajes femeninos la complejidad y los comportamientos de interés y dejar los masculinos como el retrato de la simpleza y predictibilidad (allí Marge y Lisa, aquí Bean; allí Homer y Bart, aquí el rey Zog y su hijo).
¿La recomendamos?
Pues vistos los 10 capítulos que conforman la primera temporada, si me lo permitís me quedaré en la equidistancia de ni un contundente No ni un Sí demasiado entusiasta. “(Des) encanto” es una serie a la que creo que se le puede dar una oportunidad si sois fans de la animación para adultos y que ciertamente tiene cosas positivas. El problema es que lo peor se concentra al inicio, en los primeros capítulos, así que darle una oportunidad significa verla prácticamente entera (10 capítulos de media hora).
No es ni mucho menos la mejor creación de Matt Groening. De hecho queda por detrás de los Simpson y Futurama en todos los aspectos. A diferencia de aquellas otras series en las que creó un universo entero lleno de personajes, discursos y sátira social, aquí el número de caracteres es bastante limitado y la ubicación en un mundo medieval nos lleva a muchos lugares comunes ya vistos. El sentido del humor que se despliega es bastante intermitente y personalmente le he echado de menos mucha más mordacidad y originalidad. Como decía, el personaje de la princesa rebelde ya no es nuevo y los otros personajes que rodean a Bean todavía no son suficientes ni tienen suficiente personalidad como para sustentar la serie o ni siquiera aportar arcos argumentales interesantes.
Dicho esto, “(Des) encanto” va cogiendo el ritmo a medida que avanza y una vez hecha la presentación en los capítulos iniciales los guiones se atreven tímidamente a explorar historias y temas con más dinamismo. Los chistes no os harán partir de risa pero hay buenas ocurrencias que tiran con bala contra la religión, los roles de género o las diferencias de clase social y, como es habitual en las series de Groening, muchas veces hay que buscar también la ironía en los propios dibujos y los detalles de los escenarios.
De los personajes pocos me han atrapado, con la excepción del sarcástico demonio y la princesa protagonista a la que, a pesar de carecer de una definición más rica y original, se le acaba cogiendo cariño.
En resumen pues, tal vez lo mejor que se puede decir de “(Des) encanto” es que Groening intenta aportar un poco de aire fresco sobre todo con unos Simpson que hace tiempo que dan signos de agotamiento (llegamos ya a las 30 temporadas de la familia amarilla de Springfield). Y que visto que sus creadores le han ido cogido el pulso en los últimos capítulos, podemos esperar que en la segunda temporada que llegará el 2019 la serie vaya creciendo en esta mordacidad, secundarios e historias que le hemos echado de menos a la primera.
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