My Brother’s Name is Robert and He is an Idiot (Philip Gröning, 2018)
Una matiné interminable, aburrida, desquiciante, justamente abucheada y por partida doble. Tres horas tres, de las que dos se dedica a aburrirnos con frases sueltas de Heidegger y San Agustín sobre el tiempo y la vida, sobre la existencia del presente. Que al director le gusten los rodajes interminables y los metrajes largos no le otorga ese derecho a robarnos el tiempo entre frases prestadas y trascendentes, planos cenitales, insectos y estanques amnióticos, para después colocarnos ante la debacle de una relación incestuosa y violenta en una gasolinera en medio de la nada.
Unsane (Steven Soderbergh, 2018)
Menos mal que la tarde nos ha brindado la oportunidad de resarcirnos con una película de Soderbergh de bajo presupuesto pero de alta tensión. Bien narrada, con ritmo y precisión, utiliza la cámara del iPhone para distorsionar convenientemente los espacios y perfilar el ambiente claustrofóbico en el que se ve involuntariamente confinada Sawyer, la joven protagonista; una institución mental donde nadie parece dispuesto a creerla y donde la angustia crece conforme la narración avanza.
“Unsane” nos mantiene hora y media en tensión con una economía de recursos digna de elogio. Protagonizada por Claire Foy, curtida en numerosas series de televisión, cuenta con el apoyo sorpresa de la veterana Amy Irving (que no se prodiga tanto) y algún cameo sorpresa.
Eldorado (Markus Imhoof, 2018)
Después del Oso de Oro para “Fuocoammare” hace dos años, un documental sobre la emigración en el Mediterráneo vuelve a concursar en la Competición de la Berlinale. “Eldorado” no es cinematográficamente tan potente como aquella pero tanto o incluso más necesaria como documento sobre la fallida política europea de asilo.
“Eldorado” es el color del material con el que se cubren a los migrantes cuando son rescatados del Mediterráneo. Vivos o muertos. El reconocido documentalista suizo Markus Imhoof recuerda como su familia acogió a una niña italiana durante la posguerra. Aquella historia le lleva a querer conocer la suerte de los refugiados actuales. Nos sumerge en el mar, nos adentra en los barcos que rescatan migrantes, nos mete en los campos de refugiados, legales e ilegales y nos acompaña a ver la suerte de los que consiguen llegar a Suiza. Tan importante es lo que vemos en cámara, como lo que queda fuera. Fuera visualmente, porque nos lo relata con palabras.
Imhoof busca emocionar al espectador. Para algunos será una búsqueda forzada, pero en mi caso ha funcionado. Me he quedado pegada a la butaca, asintiendo con la cabeza los toques de atención a nuestro sistema de acogida, y llorando sin remedio. Apunta a premio, si no en Berlín, quizás en los de la Academia de Cine Europeo.
Heimebane – Primer y segundo capítulos (Home Ground; Arild Andresen, 2018)
Muestra de la creciente importancia de la producción de series para televisión, los festivales acostumbran a ser también plataforma de lanzamiento de nuevos productos televisivos. Y con el camino abierto por series de éxito como la danesa “Borgen“, llega del frío nórdico una serie fresca, con el fútbol como fondo narrativo y con una mujer “con agallas” dispuesta a arrasar sobre el césped y en las pantallas.
Vistos los dos primeros capítulos, nos encontramos ante una historia con posibilidades de hacer furor tanto entre los amantes del fútbol como las féminas que no lo son tanto, por el carácter reivindicativo de la presencia de la mujer en el deporte (y especialmente en el ámbito del fútbol) y por un humor expresamente dosificado e inteligente que sabrá captar al público menos interesado por las cosas del deporte.
Hacer Comentario