Con el segundo día llegó el amor a la Berlinale. Amores oxidados, amores que florecen, amores no correspondidos y amores imaginados. La nueva de Hong Sang-soo que la prensa vio ayer, la primera película paraguaya en Competición de la Berlinale y una sátira de las películas del Oeste.
Cuando una cinematografía tan fuera del circuito internacional como la paraguaya presenta en Berlin, te surge la curiosidad. Y si se publica que la propia Berlinale seleccionó la opera prima de Marcelo Martinessi para competir por el Oso de Oro, la cita es ineludible. “Las Herededas” nos presenta a Chela (Ana Brun) y Chiqui (Margarita Irun), hijas de familias adineradas de Asunción y pareja con más de 30 años de vida en común. Extrovertida, Chiqui lleva el mando de la relación mientras que Chela, más reservada, prefiere quedarse en casa pintando. Cuando Chiqui tiene que entrar en prisión acuciada por las deudas, Chela deberá enfrentarse sola a la vida. Y un coche heredado se convertirá en su vía de escape.
Martinessi filma con sutileza la degradación de una relación de pareja. Y el rejuvenecer a través de un nuevo amor. Martinessi también ofrece un duro retrato de la justicia paraguaya. Brun puede aspirar al Oso de Plata de mejor actriz. “Las Herederas” no es solo el debut de un director prometedor, también es el primer largometraje internacional de una recién creada productora paraguaya y el primer largo de ese país del Cono Sur que compite en un gran festival. Y ha sido coproducido por varios países del Mercosur y de Europa.
La segunda a competición del día, “Damsel” viene de Sundance. Los hermanos David y Nathan Zellner se han embarcado en una loca aventura. Escribir, producir, dirigir y hasta interpretar una deconstrucción del Western. En una primera escena vemos a un viejo “predicador” (Robert Foster) entregar su ropa y su Biblia a un viudo más joven (David Zellner) que se dirige al Oeste. El viejo Oeste da paso al Nuevo. De ahí en adelante la película es un crescendo de momentos frikis, de sátira y de parodia de la simbología del Western.
Y, por qué no, también de las películas románticas. Porque Samuel Alabaster (Robert Patinsson), lejos de ser un pionero, viaja al Oeste para recuperar al amor de su vida, Penélope (Mia Wasikowska). Ésta, lejos de esperarle, ha rehecho su vida. Penélope no es una damisela en apuros. “Damsel” está lleno de humor grueso, que aunque ha arrancado algunas risotadas entre la prensa de la Berlinale, no ha calado. Incluso se han oído algunos abucheos al final de la proyección.
Y después de competir el año pasado con “En la playa sola de noche” en Berlin, Hong Sang-soo vuelve a la Berlinale. “Grass”, su nueva película de apenas 66 minutos, se pasa en la sección “Forum”. Sang-soo repite forma y fondo: parejas bebiendo en un café, filmadas en blanco y negro. Mujeres y hombres que debaten sobre el amor y la muerte. Ayudados por la permisividad con el alcohol del propietario del bar, un amante de la música clásica occidental. Kim Minhee, musa del director y Oso de Plata a mejor actriz en 2017, interpreta a una escritora que capta todas las conversaciones. Una especie de alter-ego del guionista y director.
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