Si al ver el título habéis pensado: ¿8? ¿Otra vez Saw? ¡qué pereza! No voy a contradeciros la sensación en esta reseña. Si en esta octava entrega os habíais creído los rumores que decían que ahora sí, la última entrega de Saw volvería al estilo de su inicio, olvidaos de ello. Y si sois de los que a la postre ya tenéis suficiente con la dosis de cada filme de desmembramientos y muertes violentas, pues aquí tendréis unos cuantos más para añadir a la colección, pero poco más.
La aparición de una serie de cadáveres que parecen haber muerto en los macabros juegos del asesino Jigsaw lleva de cabeza a la policía. El autor de los célebres juegos crueles que ofrecen la posibilidad de redimirse a personas con alguna culpa a base de sacrificar incluso partes de su cuerpo, lleva ya una década muerto. ¿Será que Jigsaw dejó algo preparado antes de morir o que le ha salido un imitador? Y mientras tanto, cinco personas (Laura Vandervoort, Mandela Van Peebles, Paul Braunstein, Brittany Allen y Josiah Black) despiertan encadenadas en una sala y son arrastradas hacia unas amenazadoras sierras mecánicas. Parece que otro juego ha comenzado…
Los hermanos Michael y Peter Spiereg son ahora los directores encargados de la dosis anual de Saw. Y junto con los guionistas Pete Goldfinger y Josh Stolberg, los que fracasan estrepitosamente en cualquier intento de aportar sangre nueva a la franquicia. Porque sí, la fórmula de encadenar varios juegos maquiavélicos, muertes y desmembramientos puede contentar a los incondicionales fans del mal llamado torture porn. Pero si Saw pretende llegar a los fans del terror en general o reconectar con aquel a quien sorprendió la primera película, haría bien en dotarse de una historia con intriga y al menos un par de personajes que despierten un poco de empatía . Nada de esto encontraréis en esta Saw VIII.
De hecho, el peor lastre que arrastra la saga Saw es esa autoimpuesta necesidad de volver siempre sobre lo mismo y de tener que inventar rocambolescas maneras de justificar el retorno a pantalla del personaje de Tobin Bell.
No es que crea nada necesario una novena entrega, pero si Saw pretende tener ningún futuro, haría bien en deshacerse de la carga de su pasado y explorar nuevas fórmulas.
Hacer Comentario