Desde su estreno como director con “Lock & Stock”, el director británico Guy Ritchie ido creando su marca personal como realizador con un estilo reconocible en la manera de filmar sus películas. No importa si se trata de historias propias o ajenas, modernas o clásicas. Después de “Snatch”, “Revolver” o “RocknRolla” empezó a aplicar su alocada manera de hacer a personajes preexistentes como “Sherlock Holmes” y los espías de “U.N.C.L.E.”. Y ahora le toca el turno a todo un clásico del imaginario británico, “El Rey Arturo”.
En esta ocasión, Arturo (Charlie Hunnam) es un huérfani que tras ver como siendo niño su tio, el rey Vortigern (Jude Law), mataba a sus padres (Eric Bana) fue a parar a un prostíbulo donde fue criado ajeno a su destino. Pero el rey sabe que sobrevivió y que algún día, según dice la profecía, él será el único capaz de arrancar de la piedra la espada Excalibur y derrotarle. Mientras tanto, pero, haciendo uso de su poder y de las artes mágicas, se dedica a esclavizar a su pueblo y a construir palacios y torres. Hasta el día que Arturo, ya adulto, recordará quien es en realidad y, acompañado de una maggie (Astrid Bergès-Frisbey) y unos cuantos rebeldes (Djimon Hounsou, Aidan Gillen, Craig McGinlay, Freddie Fox) se dispondrá a recuperar la espada de su padre y poner fin al reinado de terror de Vortigern.
Montage a flashes, primerísimos planos grabados a la carrera cámara en mano, música anacrónica, cámara lenta durante los enfrentamientos y narrativas disruptivas para plantear hipótesis y cosas que no han ocurrido. Todo el catálogo de recursos Guy Ritchie encuentran cabida en esta película que trata sobre la leyenda artúrica como podría haber cogido cualquier otro personaje como referente. Pero lo hace tanto si viene a cuento como si no, como si Ritchie no pudiera concluir su película sin meterlos todos, porque eso es lo que toca para dejar su sello, sean adecuados a la escena o no.
Al final, uno debe hacer la vista gorda a esas fardadas de estilo, a un tratamiento excesivo del elemento mágico y a hechos que cuestan de creer como que el crecidito Charlie Hunnam sea el sobrinito de Jude Law. Perolos ojos que obvien todo eso y busquen un poco de entretenimiento veraniego al fresco de una sala de cine, se quedaran con una pasable cinta de aventuras.
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