Voss Van Conner, el famoso escritor de ciencia ficción obsesionado con la vida alienígena, ha muerto tras un encuentro entre un secador de pelo y el agua de su bañera. Pero resulta que hay otra vida tras la muerte, y la suya no solo le afecta a él.
“Bienvenidos a Welcome” (2008), “Wendolin Kramer” (2011), “La chica zombie” (2013) y “El show de Grossman” (2013) son los nombres de las cuatro novelas anteriores a la que nos atañe de la fantástica autora Laura Fernández. Esta terrassenca de tan solo 36 años nos fascinó con estas primeras obras que ya insinuaban por donde iba su carrera literaria y permitían disfrutar de su narrativa a los que buscaban algo nuevo en el panorama novelesco actual. Pero con “Connerland” (2017) se ha superado.
Lo primero que se siente al empezar a leer Connerland es: “¿qué está pasando aquí?”. Un poco de contexto que no acaba de encajar con lo que estamos acostumbrados. Y eso ya gusta, tenernos que adaptar nosotros como lectores a un nuevo mundo con unas nuevas reglas, aunque muy parecido al nuestro. Pero a medida que se engullen páginas el sentimiento de adaptación se disuelve en una separación de la novela para darnos cuenta de que, en realidad, estamos leyendo una película.
El tratamiento de los personajes y de las tramas, los nombres y planteamientos, las onomatopeyas y, en definitiva, el estilo de Fernández llevan al espectador a un viaje por un seguido de planos y secuencias propias del cine más alternativo. Se nos da la oportunidad de disfrutar de un guión que, por ahora, no podremos ver en la gran pantalla; pero con un detalle y la opción de imaginarlo con un tan alto presupuesto, que cuando aparecen los créditos finales necesitamos una secuela inmediata.
Personalmente, y no me puedo contener, he disfrutado muchísimo con esta novela. Es algo nuevo, fresco y original, con toques de la mejor ciencia ficción y humor absurdo de los mejores cómicos; con tramas y personajes totalmente únicos que enganchan desde el principio. Si tienen la suerte de poder disfrutarla del tirón, merece la pena pasarse un día entero leyéndola.
Voss Van Conner puede optar a un lugar predilecto entre los personajes importantes del género y Laura Fernández entre las autoras. Esperamos no tener que esperar otros cuatro años para volver a leerla, ya que las toallas de microdelfines, el chucho parlanchín Sperry y Miranda Sherikov son algo inolvidable.
Hacer Comentario