Los Piratas entran en el espíritu de Shakespeare para hacer de Sueño de una noche de verano un viaje hilarante y inolvidable
Alocada y divertida hasta la extenuación, la inteligente revisión de un sueño transformista que se mueve en medio de una realidad onírica coloca a Els Pirates y a su director, Adrià Aubert, en uno de sus mayores aciertos. La dificultad de revisar un clásico universal como Somni d’una nit d’estiu – o cualquier otra obra de Shakespeare- radica en el hecho de que tienes todas las de perder. La fidelidad al texto original, el significado que el autor le ha querido dar… las comparativas serán inevitables y mejor que Shakespeare no hay nadie. La propuesta de Els Pirates ha sabido entrelazar la contundencia del texto original con los rasgos que dotan de carácter y personalidad la compañía.
Nos movemos en diferentes estados de vivencias: donde el sueño despierta la realidad, donde la realidad adormece el sueño. El diseño de la obra da protagonismo al movimiento, a la integración de las canciones y potencia el vestuario, para poner en relieve los puntos más fuertes de Els Pirates. Desde la dramaturgia, la adaptación de Adrià Aubert y Ariadna Pastor ha querido jugar a hacer teatro dentro del teatro, a soñar dentro de un sueño, a hacer del amor un juego de disparates, de pulsiones incontrolables que cuestionen los cánones establecidos. La universalidad de Shakespeare ha sido despojada por unas manos de modernidad donde el equilibrio entre hilaridad e inteligencia extraen su néctar más preciado. La exitosa actuación de un elenco bastante homogéneo, donde destacan Laura Aubert y Ricard Farré, ensalzan el espíritu más bufonesco y alocado de la obra. Un abordaje irreverente al gran maestro de los maestros, un abordaje al que el propio Shakespeare hubiera dado su visto bueno.
La puesta en escena, austera y sencilla, otorga su peso a una coreografía de movimientos que dotan de ritmo y pasión una comedia que va incrementando su tono a medida que avanza la historia. Hasta llegar al momento álgido, aquel en el que todo el patio de butacas se pone de acuerdo para estallar en una risa surrealista captando el Shakespeare más transgresor que nunca hayan visto. La puesta en escena de un Romeo y Julieta posmoderno merece por sí solo el precio de la entrada. En definitiva, pues, nos encontramos ante una comedia madura que se cobija bajo los pilares indestructibles de un clásico para construir un universo contemporáneo con una personalidad inconfundible. Las buenas composiciones y las excelentes voces que las cantan toman las riendas de un teatro que se sirve de la música para vertebrar un argumento que sostiene una atmósfera dulce y traviesa. Sin lugar a dudas, nos encontramos ante una propuesta fresca, divertida y de calidad que permite disfrutar del Somni d’una nit d’estiu con una mirada repleta de cómplices risas.
Cuando: Del 31 de Mayo al 25 de Junio
Donde: Espai Brossa-La Seca
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