Los hermanos Safdie debutan con éxito en la competición por la Palma de Oro con ‘Good Time’, en la que Robert Pattinson confirma que ha dejado muy atrás su época vampira. La ya veterana en estas lides, Lynne Ramsay, se ha convertido en una de las favoritas para estar en el palmarés con ‘You Were Never Really Here’ protagonizada por Joaquin Phoenix. Peor recepción han tenido la almodovariana ‘Double Amant’ de François Ozon y ‘In the Fade’ de Fatih Akin.

Los hermanos Safdie, Ben y Joshua, representantes del cine ultraindependiente de Nueva York (‘Go Get Some Rosemary’, ‘Heaven Knows What’) y alejados de las fórmulas Sundance y similares tan habituales en los Estados Unidos, han dado el salto a la competición del festival de cine más importante del mundo, con Good Time, su cuarto largometraje de ficción. El film está protagonizado por un soberbio Robert Pattinson que se coloca ya en el grupo de los favoritos para llevarse el premio al mejor actor de la competición, Ben Safdie, que hace doblete como director y actor, y Jennifer Jason Leigh.

Good Time’ propone un viaje a los bajos fondos de Nueva York de la mano de Connie Niklas, un ladrón de poca monta con un desarrollado instinto de supervivencia, que tras un atraco fallido se embarcará en una huida a la desesperada a los sones electrónicos de Oneohtrix Point Never y los neones y los colores ácidos del director de fotografía Sean Price Williams.

Good Time Robert Pattinson Cannes

El film de los hermanos Safdie empieza como una película sobre la relación entre dos hermanos: Connie (Robert Pattinson) es un superviviente nato, un espabilado con tendencia a meterse en líos y arreglárselas para salir de los mismos. Su punto débil es su hermano Nick que compensa su debilidad mental, con su fuerza física.

La película arranca con Nick en una sesión de terapia de comprensión del lenguaje interrumpida por Connie que lo necesita para llevar a cabo un pequeño atraco que no tiene el resultado esperado. Lo que cuenta ‘Good Time’ es la crónica de su huida en la noche neoyorquina, que adquiere un poso adicional cuando desarrolla la relación entre los dos hermanos, pero que el talento de los hermanos Safdie para la puesta en escena es capaz de hacer funcionar también, a pesar de que la relación entre ellos no siempre esté presente en pantalla. ‘Good Time’ es un thriller nocturno y urbano, cine negro lleno de energía y rabiosamente actual.

Sólo ocho meses después de haber concursado con ‘Frantz’ en el último Festival de Venecia, el francés François Ozon ha presentado en Cannes Amant Double, su adaptación de la novela ‘Lives of Twins’ de Joyce Carol Oates protagonizada por Marine Vacth, con quien ya trabajó en ‘Joven y bonita’ y Jérémie Renier.

La protagonista de ‘Amant Double’ es Chloé, una joven frágil con tendencia a la depresión que se enamora de su psicoterapeuta. Meses más tarde, cuando ya estén viviendo juntos, descubrirá que su amante guarda importantes secretos.

Amant Double Cannes François Ozon

Construida como un thriller erótico/sexual, Ozon saca provecho del juego de identidades para realizar uno de sus característicos juegos en los que se alternan percepción y realidad, lo material y lo onírico, aunque esta vez se le acaba yendo de las manos en su tramo final. Lo que empieza siendo una insinuación inquietante y perturbadora, se acaba resolviendo mediante una concreción explicativa que le roba todo el misterio. Lo que arranca como un Almodóvar (por sus situaciones, sus personajes, sus diálogos y su utilización del espacio) con un tempo acelerado se acaba convirtiendo en un simulacro de De Palma torpe y desorientado.

El turco-alemán vuelve a competir en Cannes diez años después de haberse llevado el premio a mejor guión por ‘Al otro lado’ con In The Fade’, película a mayor gloria, tampoco tanta, de Diane Kruger.

In the fade Cannes Fatih Akin Diana Kruger

In The Fade’ está estructurada en 3 partes: los momentos previos e inmediatamente posteriores a un atentado terrorista, el juicio y finalmente la búsqueda de venganza. Con un acercamiento a la historia muy convencional, en el que en lugar del rigor y la reflexión, priman el morbo y el sentimentalismo y se busca la implicación del espectador a base de golpes de efecto, tópicos y obviedades. Un tratamiento más esperado en un telefilm de sobremesa cualquiera que en una película que aspira a conseguir una palma de oro. Pero a pesar de eso, nada nos prepara para el desastroso final que además de inverosímil, resulta éticamente más que cuestionable.

Mejor recepción ha tenido la última película presentada en la competición, You Were Never Really Here’ de la escocesa Lynne Ramsay y protagonizada por Joaquin Phoenix en la que adapta la novela ‘En realidad nunca estuviste aquí’ de Jonathan Ames.

El protagonista de ‘You Were Never Really Here’ es Joe, un exmarine con infancia problemática, que ejerce como detective privado. Un mal día, por lo que vemos en la película algo bastante habitual para Joe, recibe el encargo de rescatar a la hija de un senador que ha sido secuestrada. A medida que vaya investigando descubrirá un mundo lleno de corrupción e intereses ocultos.

La película es una historia de traumas, corrupción, venganza y violencia. Pero Ramsay evita cualquier tipo de convencionalismo al contarlo. Prescinde de todo aquello que encuentra superfluo para narrar la historia que quiere contar. Porque ‘You Were Never Really Here’ es sobre todo la historia de Joe.

Es una historia en la que importan los traumas de su protagonista, pero sólo vemos flashbacks de segundos en los que se adivina una infancia de abuso y una experiencia que lo marcó en la guerra. Sólo vemos sus efectos. En lo que Joe se ha convertido ahora. Asoma la corrupción política, pero Ramsay sólo nos cuenta la forma en la que ésta afecta a la búsqueda de la adolescente desaparecida. No sus causas o sus consecuencias en el ámbito general.

You were never really here Cannes Joaquin Phoenix Lynne Ramsay

You Were Never Really Here’ es una historia violenta, pero con una hábil utilización del montaje, del fuera de campo o del punto de vista, Ramsay logra algunos de los mejores momentos de la película y nos ahorra o mitiga gran parte de los momentos más sangrientos.

You Were Never Really Here’ tiene una atmósfera magnética y opresiva a la que contribuyen el dominio del tempo narrativo de Lynne Ramsay, la excelente fotografía de Thomas Townsend y su hábil juego de encuadres, luces, colores y texturas, la utilización del sonido y la banda sonora compuesta por Jonny Greenwood.

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