“Twin peaks” enganchó a los espectadores cuando seguir una serie no era tan fácil como ahora. Ahora no tenemos que esperar que la televisión de turno compre aquella serie tan buena que se emite fuera, que la traduzcan y que la programen de manera adecuada. Sufrimos por cuantas series no podemos mirar de la oferta gigantesca que tenemos o por estar al día de los capítulos antes de que un spoiler nos lo aplaste todo mientras hacemos maratones donde podemos ver una temporada entera en un único fin de semana.

Twin peaks

Pero entonces no había Netflix, ni internet, no sabíamos que era el streaming, ni descargarnos todo lo que nos apeteciera … Entonces las series se veían en el momento que se emitían. Y si no podías, dependías del vídeo y tocaba rezar que todo fuera bien: que estuviera bien programado, que no se fuera la luz y que la hora de inicio fuera la que decían en el teleprograma para que no te quedara recortado el principio o el final. El sistema era comprar una cinta VHS del máximo de duración posible y programar el vídeo con margen. Una hora antes y una hora después y rezar que los dioses del vídeo te fueran propicios.

‘Twin Peaks” apareció antes de la llamada edad de oro de la televisión y abrió la veda para las ficciones que aún estaban por venir. Las series de televisión no volverían a ser lomismo desde que se estrenara en 1990. De hecho, es la primera ficción televisiva con ritmo y estética cinematográfica, la primera con una cabecera de casi tres minutos de duración, algo inaudito hasta la fecha. Fue galardonada con tres Globos de Oro, incluyendo mejor serie de drama, mejor actor por Kyle MacLachlan y mejor actriz de reparto por Piper Laurie; así como con dos premios Emmy, mejor vestuario y mejor montaje.

Twin Peaks

Pero sobre todo aquella serie consiguió que todo el mundo estuviera pendiente de una pregunta “¿Quién mató Laura Palmer?”. No quiero pensar en las conversaciones que se harían en Twitter hoy en día con el hastag #quienmatoLauraPalmer. Personalmente, hay un montón de cosas que me han quedado en la memoria a pesar de los años: la voz de Dale Cooper diciendo “Dianne” al hacer una anotación en su grabadora, la tarta de cerezas y los cafés que se tomaba con la glotonería de un niño, los búhos ( “que no son lo que parecen”, no lo olvidéis), la mesa de la comisaría llena de donuts, el medio collar en forma de corazón de Laura, la ficha rota del One-Eyed Jack, la danza de un enano en una habitación roja con tierra de zigzag … Pero deje que me centre en estas:

Angelo Badalamenti

Con sólo dos notas uno sabía que empezaba “Twin peaks” y esa careta sabia mal pasarla rápido. Badalamenti creó una de las sintonías más reconocibles de la historia de la televisión. Y no sólo eso nos enseñó a reconocer el personaje que saldría por su música particular.

Twin Peaks

David Lynch

Este genio loco que nos lleva de cabeza con su genial locura. Un tipo con el que tengo una relación amor-odio cuando me tocó buscar, en un trabajo de la Universidad, los puntos de giro que tenía “Mullholland drive”. Huelga decir que me desesperé pensando: “¿Y qué no es un punto de giro en la cabeza enfermiza de David Lynch?”.

Pero no se puede negar que películas como “Terciopelo azul”, “Carretera perdida”, “Cabeza borradora” o “El hombre elefante” han pasado a la historia por la mezcla de poesía visual, surrealismo puro, humor extraño y sensibilidad artística que sólo él sabe hacer. Con “Twin peaks” aprendimos esto a pequeña escala. Que saber quién había matado Laura Palmer no era lo más importante, sino adentrarse en la locura que había imaginado Lynch para los habitantes de aquel pueblo.

Twin Peaks

Un piloto maestro

Encuentran un cadáver en una bolsa de plástico y de repente, todo “Twin peaks” se sacude. Un piloto que sabe atrapar al espectador, donde la tensión es patente plano a plano, donde los personajes atrapan … A aquel piloto le deben muchas series actuales el saber que un buen capítulo inicial es fundamental para atrapar al espectador y no dejarlo ir.

Era una puerta de entrada que empujaba al televidente al interior de algo que no se había visto nunca en una serie. Un thriller, una serie costumbrista, surrealismo puro, espíritus maléficos y un curioso sentido del humor en un entorno natural maravilloso por donde deambulaban unos personajes llenos de particularidades inolvidables.

Twin peaks

Dale Cooper

Nadie que haya visto “Twin peaks” puede olvidar aquel personaje perfecto. Desde aquel primer “Dianne” que le oímos, fue imposible no sentir empatía con este agente especial. Un hombre perfecto, impolutamente vestido y peinado, con una sonrisa traviesa. Con un punto dulce como los pasteles por los que pierde el norte, exigente y fuerte como el café que adora en la lucha por llegar a saber la verdad pero a la vez frágil por los secretos que esconde o la tentación que le provoca la “lolita” Audrey .

Twin Peaks

La galería de personajes

Lynch supo construir sus personajes haciendo que representaran algo dentro de la serie: Andy era la inocencia. Audrey, la lujuria. Cooper y Truman, la amistad verdadera. Laura y Donna, la rebeldía juvenil. Lady Leño, el misterio, Denise, la ambigüedad. Pero además era una galería de excentricidades propias de Lynch como el enano bailador o el gigante de los sueños del agente Cooper.

Podría decir muchas cosas: la ambientación, el paisaje, la naturaleza impresionante, no saber que vendrá a continuación, no saber si te están tomando en pelo y que no te importe, que sea rara a más no poder

El agente Cooper tuvo un sueño en el que Laura Palmer le dice: “Te veo dentro de 25 años.”. Premonitorio. Hoy la volvemos a tener aquí.

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