“ El saber es bueno, pero saberlo todo es aún mejor “. Esta frase la suelta uno de los protagonistas de El Circulo mientras cientos de sus entusiastas empleados lo aplauden de pie. Porque, ¿no sería perfecto vivir en un mundo donde todos fuéramos sinceros y transparentes y donde los secretos y la maldad se convirtieran en rarezas sólo propias de aquellos que no merecen vivir en sociedad? Si este discurso no os hace ninguna gracia, bienvenidos a la nueva película que promulga el ” temblad, oh humanos, ante los peligros de la tecnología y las buenas intenciones de sus propagadores “.
El Círculo (una especie de fusión ficcionada de Google, Facebook y Apple) es una gran corporación que provee de soluciones tecnológicas y servicios a una población de millones. Cuando la joven Mae (Emma Watson) consigue superar allí una entrevista, no duda ni por un segundo de que por fin ha conseguido el trabajo y la oportunidad de sus sueños. Enseguida quedará deslumbrada por una nueva vida en esta comunidad donde todos creen devotamente en la visión de su inspirador fundador, Eamon Bailey (Tom Hanks) que predica un mundo donde la sinceridad, la transparencia, la conexión con los demás y el derecho a saberlo todo sean valores inalienables. Pero a medida que asciende en la compañía y ve como toman forma ideas que van desde implantar minicámaras por todo el mundo o centralizar los datos de toda la población en un solo sistema, la relación de Mae con sus padres (Bill Paxton y Glenne Headly) y su mejor amigo (Ellar Coltrane), se resiente.
Así, Dave Eggers adapta su propia novel.la distópica, acompañado del guionista y director James Ponsoldt. Y el resultado se les acaba convirtiendo en un discurso moralizador sobre los peligros de las nuevas tecnologías y el poder de las empresas que las controlan, que falla bastante estrepitosamente en resultar coherente o profunda.
Un hecho que se extiende a todos los elementos de la película: la historia parece a ratos que quiere levantar el vuelo en forma de thriller pero el misterio y la tensión se estrellan a cada momento. El discurso de fondo sobre dónde está yendo a parar la sociedad conectada dispara obviedades con tono moralista sin preocuparse después de presentar situaciones y contextos que den lugar a una reflexión interesante. Y las interpretaciones de la mayor parte de los protagonistas – desde la naïf Mae de Emma Watson con su transformación poco creíble, al émulo de Zuckerberg + Jobs de Tom Hanks, pasando por el insulso técnico de John Boyega o el poco participativo socio de Bailey, Stenton (Patton Oswalt) – tampoco aportan mucho calado a los clichés de sus personajes.
“El Círculo” acaba así, resultando una serie de situaciones desperdiciadas, de discursos que se quedan en la superficie, giros de guión que no llevan a los lugares interesantes donde podrían llevar e interpretaciones desapasionadas; en resumen, un capítulo de “Black Mirror” descafeinado.
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