Las historias del “self-made man” (o woman) tradicionales, ya están pasadas de moda. Vivimos en una nueva era, con nuevas tecnologías y nuevas maneras de conseguir reconocimiento y dinero. Uno de los casos más sonados y fulgurantes de los últimos años es el de Sophia Amoruso. Después de que ella misma lo explicara en un libro, nos llega la narración en 13 capítulos de media hora de su ascenso a los altares de los negocios online. Os hablamos de “Girlboss” el último estreno de la plataforma Netflix.

¿De qué va?

Sophia (Britt Robertson) es una joven que no tiene demasiado claro qué hacer con su vida. Malvive como puede en trabajos que no la motivan y donde no dura mucho, aprovechándose de amigos y conocidos, robando comida y manteniendo una relación fría y distante con su padre (Dean Norris).

Un día entra en una tienda de ropa de segunda mano y encuentra una ganga de chaqueta de cuero que compra por unos pocos dólares. Luego la pone a la venta en eBay sin demasiadas esperanzas pero la subasta empieza a subir por las nubes y Sophia acaba vendiendo la pieza con gran beneficio. La chica descubre así una posible manera de ganarse la vida que le permitirá unir su pasión por la ropa vintage a la necesidad de conseguir dinero sin tener que atarse a un trabajo por cuenta ajena.

Poco a poco, Sophia irá construyendo lo que se convertirá en Chica Mala (Nasty Gal) un canal de venta de ropa de segunda mano que triunfará en la red.

Britt Robertson Girlboss

El camino hacia el éxito, sin embargo, no estará exento de problemas. Como por ejemplo algunas rencillas con su mejor amiga Annie (Ellie Reed), la dificultad de compaginar su nueva dedicación con una relación romántica con el músico Shane (Johnny Simmons) o los enfrentamientos con otras personas de la red (Melanie Lynskey) que no verán con buenos ojos su ascenso.

Princesa de bloggers, influencers y milenials

Sophia Amoruso, la persona real detrás de la ficción, es una musa de los nuevos tiempos. Encumbrada por medios de todas partes como un ejemplo de cómo las nuevas tecnologías podían dar salida a toda una generación que no se ve encajonada en los modelos tradicionales de ocupación laboral. Y así, un caso de éxito inspiracional para todos aquellos milenial que vuelcan sus pasiones en la red en forma de blogs, canales de Youtube o cuentas de Instagram, soñando que algún día su pasión les hará ricos si consiguen suficientes seguidores.

Girlboss

Irónicamente, sin embargo, mientras se estaba produciendo la serie que narraba el ascenso a la gloria del negocio de Sophia, en la vida real las cosas iban en sentido contrario. Una serie de malas inversiones y problemas organizativos hicieron difícil que Nasty Gal pudiera mantener los niveles de beneficios siguiendo el nivel de crecimiento y el 2015 su fundadora cesó como directora de la empresa y la presentó en bancarrota. Tampoco se escapó de algunas polémicas sobre el trato a sus empleados. Amoruso sigue nadando en dinero y probando suerte en facetas que van desde la publicidad a las conferencias, y Nasty Gal sigue existiendo y diversificándose, pero quizás en una segunda temporada de la serie habrá que entrar en una fase más realista donde no todo es de color de rosa en el mundo de los negocios online.

¿Quién hay detrás?

Girlboss” viene a ser una adaptación (muy libre, tal como avisan los títulos de crédito de cada episodio) del caso real de Sophia Amoruso, la fundadora de Nasty Gal, a la que el New York Times bautizó como Cenicienta de las nuevas tecnologías. Ella misma participa como productora en esta historia que ya explicó en el libro #Girlboss, donde narraba cómo desde sus difíciles inicios y armada con un libro de aquellos de “Cómo montar un negocio online para tontos” y la idea de que la reventa de ropa podría dar beneficio, acabó montando un pequeño imperio que factura más de 100 millones. Todo ello en sólo 8 años.

El creador de la serie es Kay Cannon, productor también de otros shows televisivos como “New Girl” o “30 Rockefeller Plaza” y guionista de las dos películas de “Dando la nota“. Entre los productores ejecutivos que han apostado por ella, destaca el nombre de Charlize Theron junto a Spike Allison Hooper, supervisor de producción entre otras, de “Juego de Tronos“.

 

Girlboss

Del diseño de ropa, uno de los ingredientes claves de “Girlboss“, se encarga Audrey Fisher, la diseñadora que ya llevó el vestuario a series como “True Blood” o “The man in the High Castle“.

En cuanto al reparto, casi todo el peso recae en Britt Robertson, a quien habíamos visto en otras series como “El círculo secreto” o “La cúpula” y películas como “Tomorrowland“. Entre los secundarios destacan Ellie Reed (que sólo había tenido participaciones fugaces en “Dos chicas sin blanca” o “Chicago P.D.“) interpretando a su mejor amiga, y Johnny Simmons, que interpreta su novio. Aunque las caras más reconocibles son las de Dean Norris (quien fue el cuñado de Walter White en “Breaking Bad“), RuPaul, Jim Rash y la bloggera rival Melanie Lynskeyy.

¿Os la recomendamos?

Francamente, no mucho. Los 13 capítulos de media hora de “Girlboss” se ven con tanta rapidez como falta de interés. Cuesta encontrar en la historia tramas o giros que enganchen. Ya sabemos que se basa en un caso más o menos real y que al final la protagonista triunfará en esto de la venta de ropa online, y dando esta resolución por descontada, el resto de subtramas que vive en su periplo importan poco.

Tampoco ayuda mucho que la protagonista resulte bastante insufrible con su manera malhablada, egoísta e histérica de ir por la vida que hace que no te la creas demasiado cuando intenta sacar el lado sufrido y sensible. Y en todo caso son los secundarios los que aportan algún momento más interesante en la serie de cara al espectador.

De todos modos, si crees que una historia sobre este tema te interesa, la prueba es bien fácil de hacer: 2 capítulos, 1 hora de tu vida para decidir si te gusta. Porque con esta cata será suficiente para ver si “Girlboss” es tu serie, ya que no es que cambie de tono, ritmo o nivel de sorpresas a medida que avanza.

Aunque se le haya querido poner una cierta carga de fondo sobre lo de “Lucha por tus sueños“, “El poder de la mujer determinada” y “Cuando acabes descubriendo tu pasión el dinero vendrá detrás“, “Girlboss” supone una serie tan frívola, poco trabajada, superficial e innecesaria como lo que pretende explicar porque tampoco pone demasiado ganas al ser nada más complejo.

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