El pasado jueves 9 de Marzo, la Sala Apolo de Barcelona se llenaba hasta los topes de ávidos carnívoros con ganas de degustar el menú, a base de electro-disgusting, de Las Bistecs. Era el pistoletazo de salida de una gira que las llevará por toda España. Y bien disparadas salieron.
Queda confirmado que lo de Las Bistecs es mucho más que una anécdota. Poca broma con el cachondeo de Alba Rihe y Carla Moreno, cabezas visibles de esta formación llena de flores en el ano (que rima con butano). De culo salieron al escenario, entonando su canción infantil “Ano”, y lo hicieron enfundadas en elastAno (Licra, para los amigos), esa fibra sintética que se conoce por ser un compuesto de copolímero uretano-urea de lo más honesto. Como telón de fondo, dos Djs con cara de Bistec, y un collage de proyecciones con Rita Barberá, Jordi Pujol, Aznar, Maraino Rajoy o la Reina Leticia.
Antes de dar la cara al público, empezaron a sonar los primeros acordes de “Problemas”, a lo que la Sala Apolo al completo empezó a cantar… “tengo un problema, tengo un problema”, y ya se sabe que lo primordial es saber reconocerlo. Las Bistecs lo saben, saben que tenemos un problema, y así nos lo hicieron saber enseguida, con ese discurso tan honesto como el elastano, en el que reconocían que no saben cantar, no saben bailar, ni siquiera saben tocar ningún instrumento, y nos avisaban de que habíamos pagado 12€ por ver el peor show de nuestras vidas. Si así era, el problema era grave, porque para muchos serían los 12€ mejor invertidos de sus vidas.
Ciertamente las sensación general era la de estar viviendo un momento único, casi histórico. Crítica social, reivindicación y diversión. Porque ya que tenemos un problema, divirtámonos a su costa. “Yo estuve en el concierto de Las Bistecs en la Sala Apolo” explicaremos a los nietos, nuestros o de otros, y recordaremos como aquellas divas del proletariado desgranaron cada uno de los temas de su disco “Oferta” (hit tras hit), mientras lo dábamos todo brincando descosidos a la voz de “móvil, cartera, tabaco, llaves”. Recordaremos proclamar la independencia para Granollers, esquivar bistecs voladores, saltar a por cigarrillos lanzados a granel, caminar por la ruta del bacalao con versos de Antonio Machado, salvar apagones con las luces de nuestros móviles, recordar a Montserrat Caballé como gran (emot)icono barcelonés, y acabar empapados de cava por arte y gracia de unas Bistecs cegadas y sofocadas por el éxito.
Una fiesta de la leche, como diría aquel del AMP. La noche pasó en un abrir y cerrar de pestañas postizas, y la gente pedía más. “Sólo tenemos 14 canciones, no tenemos más”, pero aun así nos regalaron un bis de “Señoras bien”. Fetén!
Fotografías: Iker Zarallo Peretó
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