Este año televisivo empezaba en enero con el esperado estreno en FX, BBC One y HBO España de un proyecto ideado, producido y protagonitzado por el actor Tom Hardy. Una historia oscura que acaba de terminar sus primeros ocho capítulos y que continuará como mínimo en dos temporadas más. Os hablamos de “Taboo”.
¿De qué va?
A James Keziah Delaney (Tom Hardy) se le había dado por muerto después de haber embarcado rumbo a África en un barco naufragado. Pero años después, en 1814, vuelve a Londres, con un puñado de diamantes, una cicatriz en la cara, el cuerpo lleno de marcas y tatuajes, y muchas cuentas pendientes. Su padre acaba de morir y él se convierte en el heredero de una ruinosa compañía y unas tierras que tienen un especial interés estratégico para el comercio naval.
El regreso de James no es bien visto por un montón de enemigos del pasado y otros nuevos que no dudarán en hacer lo necesario para eliminarlo y hacerse con la propiedad de las tierras de Nootka. Acosado por sus propios demonios, la enfermedad mental de su madre que teme haber heredado y la pasión enfermiza por su hermana Zilpha (Oona Chaplin), James tendrá que buscar aliados debajo de las piedras e idear una estrategia para ser más listo que los dirigentes de la Compañía de las Indias (liderados por Jonathan Pryce), los agentes de los nuevos Estados Unidos (Michael Kelly), las prostitutas que han ocupado sus propiedades (Franka Potente), el príncipe de Inglaterra (Mark Gatiss) o una actriz que asegura haberse casado con su padre antes de que muriera (Jessie Buckley).
La atracción por lo desagradable y oscuro
“Taboo” es una serie oscura, en tono y estética, que nos presenta un Londres lleno de las criaturas más miserables: prostitutas, estibadores rudos, huérfanos, ladrones, asesinos, políticos corruptos… vaya, la realidad junto diametralmente opuesta a lo que vemos en series británicas como “Victoria” o “Downton Abbey” o en las novelas de Jane Austen ambientadas muy poco después.
En medio de este escenario planta un personaje principal y una trama que se revuelcan en el barro y aún le añaden magia negra, incesto, traiciones, locura y violencia.
Y con todo, el resultado resulta atractivo y atrapa. La cuidada ambientación saca partido a esta sociedad donde los poderosos están dispuestos a lo que sea necesario para mantener los privilegios y los descastados defienden con uñas y dientes sus pocas aspiraciones en la vida. Casas decadentes, muelles llenos de ratas, aguas sucias donde hacer desaparecer cadáveres, calles oscuras, prostíbulos donde esconder las vergüenzas y oprimentes despachos son los escenarios donde tendrán lugar las conspiraciones de las partes enfrentadas.
Lo mismo ocurre con James Delaney, uno de esos papel caramelo que Hardy se ha reservado a sí mismo y que, francamente, cuesta imaginarse a muchos otros actores interpretándolo. Atormentado, cruel, misógino, implacable, de mirada intensa y pocas palabras, el protagonista de “Taboo” es de esos personajes por los que cuesta mucho sentir ninguna empatía. Y sin embargo, a medida que avanza la serie y se van mostrando sus debilidades, sus planes, su preocupación por determinados otros personajes y la maldad de sus enemigos, se erige como antihéroe en las filias del espectador.
¿Quién hay detrás?
Tom Hardy no sólo es el protagonista de esta serie, sino también su principal artífice, productor ejecutivo y guionista junto a su padre, Chips Hardy, y a Steven Knight (guionista también de Peaky Blinders y director de Hardy en el filme “Locke“) . Entre los productores, también cuenta con la firma de Ridley Scott.
Pero además, “Taboo” ha sabido añadir al reparto un grupo de secundarios que llevan espléndidamente sus claroscuros personajes, desde los más conocidos Jonathan Pryce, Oona Chaplin, Franka Potente y Michael Kelly a un conjunto de actores británicos como David Hayman (el leal sirviente de los Delaney), Jefferson Hall (el cuñado de James), Edward Hogg (un secretario de identidad sexual confusa), Mark Gatiss (el príncipe regente) y la irlandesa Jessie Buckley.
¿Os la recomendamos?
Sí. Si habéis leído todo lo anterior, es posible que ahora penséis que qué pereza o qué pocas ganas de ponerse con una serie tan oscura y a ratos desagradable. Y definitivamente si la imagen que os gusta ver en una serie de la Inglaterra del siglo XIX es la de amores de campiña, bailes en mansiones y criados amables al servicio de aristócratas bien vestidos, esta no es vuestra serie.
Pero si os gustan las intrigas, los giros, los ambientes más dickensianos, y los personajes un poco malsanos, esta es una serie a la que podéis apuntaros. “Taboo” resulta densa a ratos pero eso la hace interesantemente compleja, arranca un poco lenta pero pronto coge ritmo y sí, se recrea en su oscurantismo sin escatimar comportamientos salvajes y algún toque gore pero también sabe encontrar elementos de luz. Por su narrativa y como plantea sus misterios, unos personajes interesantes muy bien interpretados y otros motivos que no son del todo racionalmente describibles, debo decir que me ha resultado magnética, me ha atrapado en los giros de sus tramas y sus 8 capítulos me han dejado con ganas de seguir las aventuras de Delaney en la segunda temporada ya confirmada para el próximo año.
Hacer Comentario