Basada en una nueva historia original de J.K. Rowling, John Tiffany y Jack Thorne, una nueva obra de teatro de Jack Thorne, “Harry Potter y el legado maldito” es la octava historia en la serie de Harry Potter y la primera historia oficial de Harry Potter que se estrenó el pasado julio con bastante éxito.
Ser Harry Potter nunca ha sido sencillo, y sigue sin serlo ahora que es un empleado cargado de trabajo en la Consejería de Magia, marido y padre de tres hijos en edad escolar. Mientras Harry debe convivir con un pasado que se resiste a quedar atrás, su hijo menor, Albus, intenta liberarse del peso de un legado familiar que no ha querido nunca. Pero de golpe el pasado y el presente se conjugan de manera siniestra, y padre e hijo descubren una verdad desagradable: a veces el mal surge en los lugares más inesperados.
Dejemos las cosas claras desde el principio. Si se compra “Harry Potter y el legado maldito” no se encontrará con una nueva novela de J.K. Rowling, sino con la transcripción -sencilla pero eficaz- de lo que es la obra de teatro que se estrenó en el West End de Londres en julio. Este libro, además, ya se ha convertido en el más vendido en mercados como el británico, el estadounidense y el alemán.
Teniendo claras estas cosas “Harry Potter y el legado maldito” puede ser una obra muy disfrutable para los añorados de las aventuras del ya no tan niño mago. Aquí se reencuentran maleficios, hechizos, los personajes antiguos ya adultos y su descendencia metiéndose en un montón de problemas. Aunque el texto teatral no da demasiados detalles del escenas, si uno ha vivido la historia de Harry Potter desde el primer al último libro y se ha inmerso en su universo cinematográfico, es muy fácil visualizarlo todo, adentrarse en la historia y darle los detalles dentro de tu cabeza. Este nuevo “Harry Potter” es igual, pero diferente y, creo que, consigue satisfacer la nostalgia.
A los más ansiosos le podrán faltar detalles o narrativa, sobre todo porque es teatro, pero lo que sí consigue “Harry Potter y el legado maldito” es ganas de ir a ver la obra teatral a Londres o desear que algún inversor se atreva a traerla aquí. Este nuevo Harry Potter teatral podría hacer por la escena lo mismo que el Harry Potter literario hizo por la lectura: crear fans. Y cualquier cosa que enseñe y contagie cultura, de cualquier tipo, sea bienvenida. Yo, sin ser una fan extrema, me lo he pasado bastante bien recuperando la magia y me iría a ver la obra, sin duda.
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