Desde que, en 2011, el evento Flashpoint reestructurara la continuidad del universo DC, muchas cosas han cambiado. En efecto, dicho reboot sacudió los cimientos de las historias que venían narrándose desde los años ochenta y transfiguró de manera inclemente los héroes y heroínas que conforman el panteón que nos ocupa. Algunas veces de manera más acertada que otras. Sin entrar en controversias que darían para auténticos y airados ríos de tinta, es necesario apuntar que, sin lugar a dudas, uno de los personajes que mejor ha llevado esta transformación ha sido Batman. Y, por extensión, sus colaboradores. “La Guerra de los Robin” se centra en esos colaboradores, en los adláteres del caballero oscuro que, privados de su mentor, deben hallar su lugar en una Gotham más oscura e imprevisible que nunca. Tom King (guionista de la serie “Grayson”) capitanea un grupo de autores que se adentrarán en lo que significa enfundarse las mallas del petirrojo, en lo que ha llegado a simbolizar para los habitantes de la corrupta ciudad (y, sin duda, para los lectores) llevar el nombre de Robin.
Batman está desaparecido, la familia actúa por libre, el equipo de protectores ha sido diezmado en sus relaciones y confianza. Pero que Batman y Robin ya no sean una realidad no significa que la ciudad no los necesite. Conscientes del vacío que los justicieros han dejado, un grupo de jóvenes de las calles, sin entrenamiento ni experiencia, sin artilugios ni guarida, pero con un inquebrantable e idealista sentido de la justicia, se reúnen bajo la imagen del chico maravilla: Todos llevan con orgullo el rojo, el verde y el amarillo, todos pelean contra el crimen y corren por los tejados en eterna vigilancia. Todos son Robin. Pero cuando esta secta, con más intención que auténtica capacidad, es atacada para evitar que siembren nueva esperanza en las calles, será la tarea de aquellos que sí se han ganado el título junto al hombre murciélago, protegerlos, estudiarlos y, tal vez, adiestrarlos. Dick Grayson, el primer Robin, Jason Todd, aquel que murió y regresó con el nombre de Capucha Roja, Tim Drake, el agudo detective que se convirtió en Red Robin y, por último, Damian Wayne, hijo del propio Batman y actual Robin, volverán a reunirse como equipo, como familia, para arropar bajo su ala a la nueva generación al tiempo que tratarán de desentrañar la oscura conspiración que rodea la ley de prohibición de los Robin. Una conspiración que llega más lejos de lo que puedan imaginar.
Éste es, simple y llanamente, un gran cómic. Una novela gráfica pertrechada con cariño inmenso y que se rebela contra la acción segadora de Flashpoint que desintegró décadas de tradición y legado. Este cómic recupera esa tradición, otorga años al antifaz y el concepto del héroe auténtico, devuelve a su justa gloria al ayudante del murciélago y deja claro, por si a alguien le quedaba alguna duda, por qué Robin es y será siempre un personaje de primera división. En sus páginas sentimos crecer esa feble pero hermosa llama del idealismo, nos identificamos con cada personaje (incluso con el insufrible e impertinente Damian) y nos sentimos dispuestos a responder a la llamada con un improvisado disfraz, comprendiendo que es todo cuanto de precisa para marcar la diferencia.
Sin embargo, hay que decir que, a veces (sólo a veces) algunos autores denotan una maestría mayor a la hora de ilustrar las viñetas de esta historia y se nos puede antojar la idea que quizá (y sólo quizá) el concepto que impulsa esta historia es mayor que el arte de sus divulgadores. El peso de la historia es tal, la figura del chico maravilla tan colosal, que nos atreveríamos a desear dibujantes de impecable artesanía, capaces de dotar del dinamismo necesario las trepidantes escenas de lucha y de la emoción imprescindible los momentos de dramatismo e introspección.
Con todo, una excelente obra que debería figurar como imprescindible tanto para los fans de más edad, que han sufrido en sus carnes el desgarro del multiverso en más de una ocasión, como para los neófitos que desean descubrir por qué a pesar de las balas, explosiones y golpes de palanca tras una siniestra sonrisa de bufón, Robin jamás podrá morir. Pues todos somos Robin.
Editorial: ECC
Web editorial
Páginas: 232
Precio: 20,50 €
Guión: Brenden Fletcher, Lee Bermejo, Patrick Gleason, Peter Tomasi, Scott Lobdell, Tim Seeley, Tom King, Will Pfeiffer
Dibujo: Adam Archer, Alain Mauricet, Andrés Guinaldo, Carmine Di Giandomenico, Javier Fernández, Jorge Corona, Khary Randolph, Miguel Mendoça, Mikel Janin, Scott McDaniel, Steve Pugh
Formato: Rústica a color
Edición Original: Robin War núms. 1 y 2 USA, Grayson núm. 15 USA, Gotham Academy núm. 13 USA, Detective Comics núm. 47 USA, Red Hood/Arsenal núm. 7 USA, We Are Robin núm. 7 USA, Robin: Son of Batman núm. 7 USA, Teen Titans núm. 15 USA, Robin War núm. 2 USA
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