En 1993, la escritora estadounidense Toni Morrison fue galardonado con el Premio Nobel de literatura. Se premiaba así una trayectoria muy importante para la novela americana pero, sobre todo, para la novela americana que dio voz a las mujeres negras y a todo lo que habían vivido en Estados Unidos. Ahora, en su undécima novela, la autora nacida en Ohio continúa con los temas que siempre ha tratado, pero en este caso centrada en la niñez.
En La noche de los niños aparecen, al igual que en las novelas que la han hecho mundialmente famosa como Sula (1973) o La canción de Salomón (1977), personajes femeninos de gran fuerza y personalidad. Sin embargo, a diferencia de otras obras de la autora, La noche de los niños se sitúa en los tiempos modernos, es decir, en tiempos de páginas web y de compañías Start-up creadas por mujeres. Parece que la autora quiere explorar la actualización del racismo, del prejuicio, de lo que significa ser una mujer negra 60 años después de la lucha del Black Power.
Lo hace a través de varios personajes femeninos y a través de varias generaciones, tal como lo ha hecho en otras novelas suyas importante como Beloved, que fue adaptada al cine en 1998 (y protagonizada por la celebrity Oprah Winfrey). Así, tenemos una madre, Sweetness, su hija Lula Anne, que cambiará su nombre al significativo Bride (novia en inglés) o una profesora llamada Sophia, que oculta un oscuro secreto.
En medio de estos adultos, los niños aparecen al principio de la novela como una sombra; pero conforme avanza la historia, sus tragedias sirven para recordarnos que todavía hay niños que son abusados a diario, y a los que tenemos que defender porque son los adultos del futuro. Por lo tanto, en esta novela, como su nombre indica, Toni Morrison se centra en los niños y su vulnerabilidad y en cómo llevan a la edad adulta sus traumas sin ser muy conscientes de ello. Teniendo en cuenta que habla de secretos vergonzantes que, a veces, las familias hacen llevar a los niños sobre los hombros, La noche de los niños contiene algunos secretos que el lector descubrirá poco a poco, y en el manejo de la narrativa la autora es una maestra, como ha demostrado en sus anteriores novelas.
Los personajes y sus historias y características psicológicas son importantes, pero en Toni Morrison la forma de la narración es igualmente relevante. Su prosa es de gran belleza, va llevando el lector de una manera natural y la voz femenina narrativa en primera persona da voz alternativamente a todos los personajes, como una reparación de todo el tiempo en que las mujeres negras no han tenido voz alguna en los Estados Unidos.
Por lo tanto, para aquellos que quieran descubrir a Toni Morrison por primera vez, tal vez La noche de los niños no será la obra más representativa, o en todo caso no lo es tanto como otras obras del autor como La canción de Salomón o Beloved, pero se da una idea de los temas que la escritora quiere denunciar y su escritura particular e inspirada. Los lectores fieles reconocerán varios elementos característicos, pero en un contexto actualizado, lo que es una agradable novedad. Sin embargo, la fuerza de la autora para denunciar aquello que quiere sin miedo a herir sensibilidades es la misma que hace quince o veinte años.
Hacer Comentario