Los X-Men (“and Women” podríamos decir ya) han vuelto. 10 años después de los acontecimientos de Days of future past, el equipo empieza a formarse para parar una nueva amenaza: Apocalipsis.
Antes de empezar, debéis tener en mente que X-Men: Days of future past es la mejor película de la saga y, como era de esperar, esta nueva entrega no la supera ni por casualidad. Entretenida, sí, pero relevante, no.
Nos encontramos en el año 1983 del universo paralelo que se creó a la película anterior, una nueva amenaza llamada Apocalipsis (Oscar Isaac) se ha despertado, y los X-Men se tienen que empezar a formar de nuevo y por primera vez. Puede parecer una propuesta tonta, pero no iría mal que de ahora en adelante hicieran una pequeña sección de “Anteriormente en X-Men” al comienzo de cada nueva película.
Si alguien es muy fanático de la saga y recuerda cada hecho que ha tenido lugar en los films anteriores, disfrutará muchísimo de esta nueva historia, y no se tendrá que ir preocupando de saber cómo puede ser que tal esté aquí o cómo ha llegado cual a este lugar. Y es que las complicaciones temporales son un elemento demasiado distorsionador por un argumento tan simple y rápidamente escrito.
Con tanta película de superhéroes, X-Men ha decidido dejar de marcar la diferencia y volver a empezar con las historias básicas del equipo luchando contra una fuerza aparentemente invencible pero que, finalmente y con la ayuda de todos los miembros, acaban ganando. Y esta vez les podría haber servido como un punto de partida muy interesante si hubieran sabido utilizar al malo escogido.
Y es que el problema principal de esta X-Men: Apocalipsis es el malo. Un villano que se llama como el fin del mundo pero que no impone ningún tipo de respeto ante nadie (aquella imagen del tráiler donde aparece en el instituto con un tamaño gigante tiene lugar sólo a la mente de Xavier, por ejemplo). La sorpresa de la película resta más en la aparición de cada vez más mutantes que en el contrincante en sí. Podrían haber encontrado otro elemento más interesante para juntarlos en todos.
Aun así, esta nueva entrega no es un desastre, simplemente juega en desventaja contra su predecesora y no consigue estar a la altura. Los efectos especiales, sin embargo, muestran una mejora considerable en comparación con el resto de películas de la saga y se pone, por fin, al nivel técnico de la competencia superheroica.
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