Desde la primera página, Federico Axat está empeñado en engañarnos. Ya desde la primera frase, “Ted McKay estaba a punto de dispararse en la sien cuando el timbre de su casa empezó a sonar con insistencia”, somos plenamente conscientes que el escritor está a punto de jugar con nosotros. Y aceptamos encantados, al menos durante los primeros dos tercios de la novela.
Ted es rico y tiene una familia perfecta, una esposa y dos hijas adorables. Nadie podría imaginar el motivo que lo ha llevado a suicidarse. Cuando escucha el timbre, la primera reacción es ignorarlo, pero cuando la persona detrás de la puerta insiste, se para y decide abrir. En Ted recibirá una oferta difícil de rechazar.
El suspense, los giros argumentales sorpresivos y los finales inesperados son algunos de los elementos habituales en las obras de este escritor argentino. Y “La última salida” es un compendio de todos estos elementos. Ya desde las primeras líneas de la novela, el autor introduce al protagonista (y al lector) en una trama compleja y enloquecida que va reiniciándose y dejando cada vez más sorprendido al protagonista y a la persona que tiene el libro en las manos. Es admirable la manera como Axat consigue introducir al lector en la trama, como lo empuja a seguir y como lo hace vivir el desconcierto que vive el protagonista. Mantiene esta tónica hasta llegar al último tercio de la novela donde empiezan las explicaciones y la trama se va aclarando, en una dirección menos satisfactoria y más apresurada de lo que me hubiera gustado.
Es difícil dar más detalles de la trama sin desmontar los continuos cambios de escenario y de situación, pero es cierto que estamos ante una novela trepidante, que se lee sin descanso, teniendo en cuenta que no acabamos de entender demasiado todo lo que está pasando. Axat tiene una narrativa ágil, con descripciones precisas sin ser extensas y unos diálogos que funcionan muy bien y caracterizan adecuadamente a los personajes. Es una pena que el final no esté a la altura de todo el desarrollo, o al menos de las expectativas que este desarrollo me había generado. Hay elementos que son dejados atrás demasiado rápido y otros nuevos que se incorporan con cierta ligereza.
“La última salida” es un thriller interesante, que coloca a Federico Axat en una buena posición en la escena internacional y que además podría ser perfectamente adaptada en el cine. El resultado no es tan redondo como uno podría esperar, pero esto depende mucho las vueltas que se produzcan en tu cabeza lectora mientras te adentras en la espiral de locura que propone el libro.
No entendí la última parte. Qué quiere decir que Arthur Robichaud también vio a la zarigueya en su fiesta?