Dalton Trumbo fue el famoso guionista de Espartaco, pero antes de poder poner su nombre en aquella producción estuvo durante muchos años en la lista negra de Hollywood. Llega a los cines su historia.
Por fin llega a nuestras salas la esperadísima Trumbo. Estrenada en noviembre de 2015 y merecedora de una nominación al Oscar para Bryan Cranston a Mejor Actor, la historia del guionista comunista Dalton Trumbo se nos explica cinco meses después de su presentación en los Estados Unidos.
La Lista Negra de Hollywood marcó un antes y un después en la producción de películas estadounidenses, que en aquel momento se veían censuradas por el Comité de Actividades No-Americanas. Dalton Trumbo, el famoso guionista de películas como Éxodo o Espartaco estaba en aquella lista y formaba parte de los llamados 10 de Hollywood, a quienes no se los permitía que sus guiones fueran producidos.
Bryan Cranston ha subido como la espuma desde que acabó Breaking Bad. No sólo ha protagonizado blockbusters fáciles como Godzilla, sino que ya ha conseguido estar en la portada de una película de un cariz más intelectual e incluso su primera nominación a los Oscars. Y realmente se lo merece: su actuación en Trumbo es única. La capacidad interpretativa de Cranston se sobrepone a cualquier prejuicio que pudiera sufrir un auge tan esprintado, y demuestra ser uno de los grandes actores contemporáneos.
Y es verdad que la Academia no siempre acierta, pero nominando al actor a la estatuilla pero no nominando a Trumbo a nada más, fue un acierto. Por encima de cualquiera otro adjetivo, el preferido para denominar películas como la que nos ocupa es “correcto”. Y Trumbo no es nada más y nada menos que correcta. Así, fuera de los convencionalismos y dramatismos propios de los biopics, el director Jay Roach intenta acercarse más a la frescura e informalidad de Hitchcock, creando una especie de estilo propio para los biopics sobre cineastas.
Para los amantes del cine e incluso para los sólo casuales, Trumbo es un film interesante y ameno que puede gustar a cualquier por su guion ágil y su dirección fácil y convencional. No pretende crear nada de nuevo, sólo mostrarnos una parte muy importante de la historia del cine, con la actuación brillante de Bryan Cranston como protagonista.
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