Mireia Llinàs llega a la novela negra desde el mundo del audiovisual, donde ha participado como guionista en diferentes películas y series como “Ventdelplà” o “KMM”. Su estreno literario es “Els enemics silenciosos” donde mezcla el género de detectives con la novela histórica y un punto de ciencia ficción gracias a su protagonista, Nora Prim.
Como decides que Nora Prim sea una detective con esta “peculiaridad”?
Es uno de los deseos más fuertes que tengo, siempre pienso, ojalá pudiera viajar al pasado. Y cuando veo los vestigios en aquellos lugares donde te puedes imaginar más, siempre palpo las paredes y pienso, ojalá ahora todo se transformara a mi alrededor y pudiera estar en otra época.Me fascinan los lugares abandonados. Por ejemplo la imponente estación de Can Franc en Huesca, actualmente abandonada. Me colo y comienzo a imaginar cómo sería la estación en los años 40 en plena Guerra Mundial, con gente yendo arriba y abajo, con los nazis controlando cada esquina y con reuniones clandestinas en el piso de arriba. Ahora las estaciones son lugares fríos y sólo de paso yo creo que antes pasaban más cosas. Y más situada en la frontera con Francia tras la Guerra Civil y durante la Segunda Guerra Mundial. Me interesaba también esta idea de resolver casos del pasado, creo que para entender el presente es fundamental conocer de dónde venimos. Creo que puede ser fascinante para el lector descubrir hechos, personajes y espacios de su ciudad de los que no sabía nada.
Y se enfrenta a uno de los casos más sonados de la posguerra catalana, el asesinato de Dolores Rey, que se parece mucho uno real, el de Carmen Broto. ¿Por qué razón elegiste este caso como punto de partida?
No lo conocía y documentándome lo descubrí. Me atrapó desde el primer minuto, las fotografías de ella y de ellos, el halo de misterio que rodeaba el caso, la época (en plena posguerra) era un material increíble para hacer una novela negra . Creo que la ficción basada en los casos reales tiene un aliciente más. El hecho de que haya pasado de verdad y cerca nuestro, le añade un significado superior al relato. Las cuentas pendientes que tiene la justicia, nuestra crónica negra y también la posibilidad de investigar más allá del libro. Que el libro te haga pensar, abrir el ordenador e investigar, crear tu propia opinión, descubrir los rostros y los nombres reales de los protagonistas de este crimen. También me impactó mucho el caso en sí. Una mujer asesinada por sus amigos a martillazos en un coche. ¿Por qué lo hicieron? Porque dos de ellos se suicidaron justo después? Por que nadie se creía la versión oficial? Carmen Broto, Jesús Navarro Manau y Jaime Viñas (los nombres reales) me atraparon, a veces me parece que todavía los veo entre las sombras cuando estoy medio dormida. A veces incluso tengo miedo, justamente porque existieron y ahora voy yo y escribo sobre ellos 70 años después.
Lo que más me ha llamado la atención, muy favorablemente, ha sido el nivel de detalles históricos que hay, incluso las marcas de pintalabios típicas de cada época, como ha sido el proceso de documentación?
Muy exhaustivo lo reconozco pero la verdad es que me apasiona. En las reescrituras he tenido que lanzar muchos datos y detalles de este estilo. Decía Gabriel Ferrater que el recuerdo a través del tiempo, se hace materia poética. A veces el objeto más insignificante puede transportarte al pasado. Quizá alguna mujer de esas que ahora están abandonadas en un rincón de cualquier residencia, recuerda el “pintalabios inmovix” y emociona al leerlo y recordar cómo se pintaba los labios para salir a bailar una tarde de domingo. La publicidad y las marcas tienen un gran significado en cada época (o al menos a partir de la Revolución Industrial y la era del consumo) y es uno de los elementos que de golpe pueden contextualizar más. También los hábitos, la ropa, los peinados. Tú miras una fotografía antigua y lo que más ha cambiado, aparte de la técnica fotográfica, son los elementos externos. Leía muchas revistas de la época y lo que me daba más información a veces era la publicidad. Allí veía lo cotidiano no sólo los acontecimientos políticos, sociales o económicos. ¿Qué tenían las personas en los años 50 en sus hogares, que compraban, que anhelaban? ¿Como celebraban la Navidad, qué cava compraban, cuando costaba? ¿Había hipotecas? ¿O más bien se vivía de alquiler? ¿Como eran los contratos? ¿Tenían lavadora?¿ Como era?Esto es lo más desconocido, lo más difícil de encontrar cuando investigas pero también mucho más curioso e imprescindible para que el lector, como la Nora, viaje a través del tiempo.
Si pudieras viajar en el tiempo, qué época elegirías?
Uff, qué pregunta más difícil !! En algún momento del siglo XX, es el que más me gusta, creo que ha sido uno de los siglos más interesantes, con cambios más radicales en todos los niveles, con los acontecimientos más cruciales y a la vez con los avances más significativos en todos los campos. La primera escena que describo, Nora en ese “antro” del barrio chino en los años 30, bailando swing, con la clientela que había, el ambiente que había en ese momento en Barcelona, daría lo que fuera por vivirlo . El año pasado por mi cumpleaños mis amigos lo intentaron y me montaron una fiesta en Ocaña, la gente intentó ir disfrazada etc. Les agradezco mucho pero, desgraciadamente, no es lo mismo. Lo que marca una época son muchísimas cosas, los colores, los olores, las actitudes de la gente, como hablan, cómo actúan. Nunca se podrá volver al pasado, lo más cerca que se puede estar es a través de una película con el presupuesto suficiente para hacerlo bien o un libro.
Vienes del mundo audiovisual, en “Los enemigos silenciosos” tuviera que convertirse en una serie como sería? ¿Qué referentes tomarías?
Me gusta mucho que me hagas esta pregunta porque mis referentes a la hora de crear “Los enemigos silenciosos” son precisamente series. La referencia más clara es “The Killing” adaptación de la danesa “Forbrydelsen”. Vino su creador en Barcelona hace años, aprendí muchas cosas pero una que me quedó (bueno, dos) es que un crimen es también una tragedia no sólo una investigación (no lo olvidemos) y que la clave para enganchar al espectador es que siempre estés cerca de resolver el crimen. Todo el relato con pequeñas pistas y luego la gran resolución no funciona. Ve hasta el fondo de la cuestión explota cada línea de investigación como si fuera la última. En “The Killing” lo hacen muy, dudas de todos y es muy bueno. Otras son “Homeland”, “Les Revenants”, “Boardwalk Empire”, “Broen” … Pero si tuviera que convertirse en serie debería hacer mucho más barata, reducir todos los saltos de la primera temporada (este libro sería toda una temporada) en una sola época, en 1949 y no saltar en el 1959 ni en 1981.
Por el final parece que Nora Prim tendrá continuidad, no? Ya estás trabajando?
Sí mi idea es que sea una serie, que la gente vaya conociendo a Nora y su universo, Pere, el Guardián de la Biblioteca (ya sabes de lo que te hablo) el CIEC, su jefe Rovira, su tutora Neus Abadía, sus eternos enemigos los Mortelman y lo vaya apreciando… Creo que las posibilidades de Nora son infinitas. Pero no, todavía no estoy trabajando. Tardaré, este me ha costado mucho.
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