Ina Christel Johannessen es una coreógrafa noruega que en 1996 crea la compañía Zero Visibility Corp. con bailarines de diversas nacionalidades y disciplinas. Se caracteriza por hacer coreografías muy energéticas y The Guest no es precisamente una excepción. Presenta por primera vez una pieza en el marco del Festival Grec, aunque ya había estado en otras ocasiones en Barcelona con su compañía y colaborando con IT Danza.
The Guest está inspirado por un texto breve de Albert Camus (L’Hôte traducido como El invitado o The Guest). Según Ina Christel intentan explorar la línea que separa hospitalidad y hostilidad, ¿somos huéspedes o anfitriones? plantea la coreógrafa. No obstante, con la pieza dividida en dos partes claramente diferenciadas, parece que a nivel dramatúrgico conceptualmente queda difuminado el tema de la propuesta y pesa mucho más la experiencia visual pura.
La primera parte, muy aséptica, es bella a nivel visual total, pero es quizá donde falta algo más conceptual que lo arraigue; el desarrollo del movimiento, aunque es muy interesante, puede llegar a agotar. La segunda parte, más corta, es más terrenal, más cálida y amable para el espectador, aunque demasiado. Ambientada en un posible país árabe, con un cambio radical de luz y sonido, juega posiblemente con la línea entre hostilidad y amabilidad hacia el inmigrante, hacia el recién llegado.
El linóleum sobre el que bailan es un precioso suelo de mosaico, laberíntico. Encima, una serie de barras con más de ochenta focos alineados en posición cenital. La iluminación diseñada por Chrisander Brun es fantástica, una de las cosas más interesantes que destacaría de la pieza: los magníficos cambios de la primera parte, un mundo lumínico frio y aterrados, muy próximo a texturas propias de nave espacial, con referentes cinematográficos como Alien o 2001: Odissea en el espacio. Esto, junto con el sonido (Morten Pettersen) y la composición musical que en la primera parte queda en manos de la música electrónica de Damddike Stare y en la segunda parte con las piezas tradicionales palestinas de Le Trio Joubran, crean unas atmósferas muy interesantes y una base perfecta para disparar los bailarines.
El trabajo de los bailarines es muy bueno, la calidad del movimiento es muy interesante, el uso del espacio muy intenso y la propuesta les mantiene todo el rato en acción. En acción en primer o segundo plano, porque aunque están sentados o de pie, observando el solo de otro compañero, su presencia en escena es muy intensa, incluso a veces acompañan con pequeños movimientos rítmicos y próximos al mantra al resto de lo que pasa en escena. A destacar la personalidad del movimiento de Line Tormoen y Pia Elton Hammer, cada una con un tono diferente, pero ambas fascinantes.
Con el público a cuatro bandas uno debe escoger en muchas ocasiones como espectador lo que quiere ver, ya que se producen diversas acciones a la vez. De esta manera, la coreógrafa también intenta que el público tome una parte activa a la hora de terminar la pieza. Una pieza con una belleza y un desarrollo magníficos, con un peso conceptual irregular y confuso. De aquellas cosas que quedan fuertemente impregnadas en la retina, una satisfacción visual plena, aunque no vaya más allá.
Teatro: Teatre Lliure - Sala Fabià Puigserver
Web teatro
Coreografía: Ina Christel Johannessen
Intérpretes: Line Tørmoen, Pia Elton Hammer, Mate Meszaros, Jon Filip Fahlstrøm, Dimitri Jourde, Merete Hersvik, Antero Hein, Valtteri Raekallio, Edhem Jesenkovic, Yaniv Cohen, Cecilie Lindeman Steen

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