Los “Nuevos Misterios” de Joe Crepúsculo se mueven al ritmo de las palmas. A sus 33 años, el catalán se resiste al estancamiento, pero también a la corriente de las modas. Lo suyo es experimentar y lo hace exprimiendo esos géneros que, simplemente, le gustan. Es por eso que acercarse a uno de sus discos es exponerse a la sorpresa, y si con su anterior trabajo “Baile de Magos” la sorpresa se convirtió en asombro (aún bailo sus temas sólo con pensarlos), con “Nuevos Misterios” ahora nos deja perplejos.
La nueva vida de Joe Crepúsculo, afincado en Madrid desde hace dos años, le ha conducido hacia caminos inciertos que le han llevado a codearse con un star system de lo más particular. Entre los nombres que figuran en su lista de colaboraciones para “Nuevos Misterios”, su séptimo trabajo, encontramos nombres tan exóticos y sugerentes (para bien o para mal) como los de La Prohibida, Supremme de Lux, La Bien Querida, Los Punsetes, Las Negris, Soleá Morente o Tomasito, que se pasa dando palmas buena parte del disco. Ínfulas flamencas que se hacen notar descaradamente en “A fuego” o más tímidamente en “De Ferrol a Cartagena”, eso sí, sin dejar de lado su lado más synth.
En “Nuevos Misterios” tiene cabida tanto ritmos latinos (la divertida “Reina del Locutorio”, la muy acertada cumbia-pop “Somos Perros”), como medios tiempos (“El Reino de la Nuez”, “Flor de Luz”) o ese synth-bakala que enlaza tan bien con su anterior trabajo y que ofrece lo más destacado del disco: “La Verdad”, todo un himno de lo más bailongo con palmas de Tomasito y coros de La Prohibida y Supreme de Luxe, y “Maricas”, la versión explosiva del tema original de Los Punsetes.
Un disco valiente y ecléctico, aunque con resultados desiguales, que no dudo dará más de sí en los conciertos de Crepus.
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