“Es un día de agosto de 1912 en casa de James Tyrone, célebre actor de teatro, rodeado de su esposa y sus dos hijos. Lo que comienza como una plácida jornada de verano en la casa junto al mar irá convirtiéndose poco a poco en un combate descarnado, a medida que vaya avanzando la jornada y demonios familiares salgan a la luz. Una lucha sin cuartel entre cuatro seres humanos fascinantes, condenados a vivir juntos tratando de reavivar los rescoldos del amor pasado mientras cae la noche.”
Juan José Alfonso dirige la última obra escrita por el dramaturgo norteamericano Eugene O´Neill, Premio Nobel de Literatura y cuatro veces Premio Pullitzer, entre otros. Es una obra autobiográfica que no fue publicada ni representada hasta después de su muerte por petición expresa del autor.
Nos enfrenta a una dramática jornada en la que confluyen los conflictos, más o menos explícitos en la historia de los Tyrone, que a lo largo de los años ha ido desestructurando a la familia. Hay un halo de angustiosa incertidumbre, verdades por todos sabidas pero que no se quieren reconocer pues harían el presente intolerable y el futuro desolador. Pero ese presente está ahí, como el sordo sonido de la sirena del faro que siempre se escucha los días de niebla. Y es uno de esos días.
Es una historia extrema pero universal, en algo tan importante para el ser humano como es la familia, que nos condiciona, para bien y para mal, y mueve emociones viscerales. O’Neill relata con brillantez esas ambivalencias afectivas haciendo que los personajes pasen del odio al rencor, a la culpa, al amor y al arrepentimiento, manteniendo al espectador en vilo.
Vicky Peña (Mary Tyrone), Mario Gas (James Tyrone), Alberto Iglesias (Jamie Tyrone) y Juan Diaz (Edmund Tyrone) interpretan a esta conflictiva familia bajo la mirada externa y sorprendida de Mamen Camacho (Cathleen, criada). La interpretación de todos es fantástica, destacando, a mi modo de ver, la que realiza Vicky Peña. El papel de Mary es intenso, con muchos matices y registros que van complicándose a medida que se desarrolla la historia. ¡Impactante en la escena final!
El espacio escénico está muy bien resuelto por Elisa Sanz. Es sencillo y funcional, no distrae al espectador de la complejidad del texto y permite sentir la niebla a través de ese fantástico tul con la ayuda de las proyecciones de Eduardo Moreno y la iluminación de Gómez-Cornejo.
Es una obra difícil, dura, que no dejará a nadie indiferente y que desde luego merece la pena ver.
[rating:4]
Es pot veure a: Teatro Marquina
Text: Eugene O´Neill
Intèrprets: Vicky Peña, Mario Gas, Alberto Iglesias y Juan Diaz.

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