El Festival de Otoño en Primavera vuelve a desafiarnos con otro de sus espectáculos en una de las salas más representativas del off Madrileño, el Teatro Pradillo.
Una de las características de este festival es acercar al público las grandes figuras de la escena internacional. Desde el mes de octubre, artistas como Angélica Lidell, Pablo Messiez, El Conde de Torrefiel, El Piccolo Teatro de Milano o André Engel pisan los escenarios madrileños y ofrecen una visión más amplia de lo que es el teatro en el resto del mundo.
A menudo, en ocasiones como esta descubrimos aspectos teatrales totalmente desconocidos pero también llegamos a redescubrirnos con compañías argentinas como la de Alejandro Catalán con su sorprendente Amar. Y digo “redescubrirnos” porque la ciudad porteña presenta un sólido circuito off, que intenta crear la capital española mediante la necesaria y precaria premisa de “hago teatro como pueda y donde sea”.
Me encantaría dedicar mis líneas a la dicotomía actual del teatro alternativo. Sin embargo, creo que debo sacar a relucir las joyas argentinas que la escena madrileña todavía no se ha atrevido a trabajar. Y sí, digo “trabajar” porque el espectáculo de Catalán tardó dos años en crearse partiendo de la nada, desde ningún tema en concreto a tratar. El único punto de partida era la manera de trabajar de John Cassavetes, dando más protagonismo y responsabilidad a la actuación de los actores.
En este sentido, parece haber integrado las ideas del director americano puesto que Ximena Banús, Miguel Ángel Bosco, Edgardo Castro, Florencia Bergallo, Federico Liss y Paula Manzone son los verdaderos protagonistas de la experiencia que vive el espectador. A ello, debe sumarse la idea de “teatro colectivo” o de “grupo” de los años 70 y 80 de la Ciudad del Sol de la que también se han nutrido muchos dramaturgos y directores contemporáneos españoles.
Amar es un proyecto escénico que trabaja con la simplicidad. Con la fuerza en la interpretación y con la sencillez escenográfica elaborada a partir de elementos reciclados capaces de crear atmósferas sensoriales muy potentes. Es el vivo reflejo de la expresión “menos es más”.
Se trata de una puesta en escena que se podría catalogar de cinematográfica por la intención de acotar masivamente el espacio al que debe dirigirse la mirada del público. Mediante el uso de linternas y un oscuro total se reproducen las escenas y se puede concluir como un trabajo totalmente intimista que no se podría realizar en un teatro convencional de gran aforo.
El virtuosismo de los actores es el punto clave de esta pieza dramática. Gracias al juego y a la improvisación, Catalán consigue que el espectador se quede con la veracidad de los intérpretes y que no esté pendiente de ningún otro elemento escénico. Como el propio director dice: “Amar es un malabarismo actoral”. Algo bello y poco explotado en nuestra tierra.
Es pot veure a: Teatro Pradillo
Intèrprets: Ximena Banús, Florencia Bergallo, Miguel Ángel Bosco, Edgardo Castro, Federico Liss i Paula Manzone.

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