¿Quién no conoce el dicho “Del cerdo se comen hasta los andares”? Pues en el menú de hoy tenemos menudillos, esas partes del animal que no se deben tomar con mucha frecuencia por su gran aporte calórico pero que son una delicia para el paladar. Los Menudillos del Sol de York no se quedan atrás.
Desde principios de mayo, se presenta un ciclo de Daniel Dalmaroni que, para los que no lo sitúen, es un dramaturgo argentino que se atreve a destripar al espectador con sus textos. De las quince propuestas que se hallan en el teatro/restaurante, yo degusté dos: “Burkina faso” y “Maté a un tipo”. La primera es una bomba de preguntas y la segunda una explosión de carcajadas.
Carlos Urrutia y Antonia Paso interpretan a un matrimonio a punto de ser desahuciado y que se ve obligado a tomar unas medidas muy drásticas para evitar que las personas de su alrededor sufran. Marido y mujer discuten acerca de sus planes descabellados y el espectador se encuentra en un lugar de incomodidad por no saber si permitirse o no la risa en algo que puede catalogarse de absurdo a la par que cercano.
Hasta aquí el primer plato que deja confundida a una por las posibles lecturas del texto de Dalmaroni. La perplejidad se digiere mejor con el obsequio de una copa de vino y una tapa de queso que ofrece Diamante de Bodegas Franco Españolas. Esto da la energía suficiente para encararse con el plato fuerte de la cena: “Maté a un tipo”. Ni un gazpacho con todos los picatostes estaría a la altura. Aquí se dejan de vegetarianadas y lanzan el cerdo al asador con el fin de mostrar la parte monstruosa del ser humano.
Antonia Paso vuelve a aparecer con un personaje totalmente distinto y, desde mi punto de vista, mejor construido. A ella se suma un marido descontrolado encarnado por Julián Ortega, una hija “tonta” que es Silvia de Pé y el súmmum cómico del psiquiatra creado por Nacho Rubio. Una pierde la cuenta de las atrocidades que ocurren en escena (o fuera de ella) tratadas con el punto justo para que el público se ría de ello y de él mismo. La dirección de actores, de la mano de Alberto Castrillo-Ferrer, está muy cuidada y justificada en todo momento. Se preocupa por involucrar acciones y movimientos en la interpretación que acaban creando un ambiente absurdo destinado a provocar la risa de cualquiera.
Está claro que la Compañía del Gato Negro y el Sol de York han hecho una fusión muy bien pensada para dar al público lo que busca: una experiencia. Con esto no estoy diciendo que se hayan vendido ni mucho menos. El menú del Sol de York ofrece calidad actoral, dramatúrgica y de dirección.
Hay que vigilar con la cantidad de menudillos que toma una, ¡pero si los prepara Dalmaroni es recomendable repetir!
Es pot veure a: Sol de York
Intèrprets: Julián Ortega, Nacho Rubio, Silvia de Pé, Antonia Paso, Patricia Estremera, Laura Gómez-Lacueva y Carlos Urrutia.

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