Batman: Fuego cruzado

2014-04-08

8Nota Final

Aunque hace unos días ya os hablamos del equipo formado por Brian Azzarello y Lee Bermejo -en la reseña de Lex Luthor-, este genial tándem se formó en esta miniserie que ECC recopila en un formidable tomo de tapa dura. Azzarello ya era un guionista conocido, mejor dicho, era EL guionista de moda y Lee Bermejo un joven que destacaba por sus impresionantes páginas en Gen13 pero no era ni mucho menos el ilustrador respetado que es hoy en día. Este trabajo funcionó tan bien a nivel de crítica, y ellos como en equipo, que siguieron colaborando en el tomo dedicado a Joker, en el de Luthor antes comentado y en Before Watchmen: Rorschach.

Lo primero que llama la atención, una vez leído el cómic, es la original manera con la que Azzarello se ha enfrentado a este team-up; hay muchos lectores veteranos (entro los que me incluyo) que sufren pereza crónica cuando han de leerse la típica historia de héroe encuentra a héroe, se enfrentan por un malentendido -o un plan maestro del archienemigo- y acaban formando equipo para luego brindar en la barra de un bar y contarse batallitas o comparar cicatrices. Aquí, y no os puedo revelar nada, la originalidad precisamente se encuentra en como colaboran los dos personajes, como se produce ese desencuentro y como se resuelve todo el asunto.

Y es que este tebeo es una muy buena película de espías, una gran batalla por la información y la caza de un agente doble, quien posee la habilidad de la pyrokinesis. Es muy interesante, también, que no abunden las escenas de acción, todo es muy dinámico y explosivo cuando ha de serlo, pero la narración se sustenta en los personajes y su manera de relacionarse. Especialmente atractivo es el protagonismo de Alfred y de Bruce Wayne.

Batman y Deathblow van descubriendo poco a poco las muchas caras que tiene la verdad. Aquí el creador de 100 balas hace gala de su habilidad con el juego de máscaras, nadie es quien dice ser y nada es lo que parece. Si bien en algún momento, hacia el nudo del relato, la trama puede parecer confusa, tengo la seguridad de que es algo totalmente deliberado y el lector vive junto con los protagonistas el caos en el que se encuentran todos los peones de esta partida.

Si el guión es brillante, el apartado gráfico no desentona. No es el Lee Bermejo más experimentado que conocemos ahora, pero sigue deslumbrando; la expresividad de los primeros planos, ese hiperrealismo en los trajes y la ciudad, una Gotham especialmente oscura y sucia; ese edificio donde hay que cazar a unos asiáticos, las reuniones clandestinas… prácticamente se puede oler la ciudad. Las escenas de acción son explosivas y muy bien planificadas, buscando ángulos muy interesantes donde fijar el objetivo. Tim Bradstreet, a quien se le aprecia mucho como creador de portadas, hace un trabajo brillante a las tintas.

Ah, nunca me cansaré de repetirlo, el traje de Batman creado por Bermejo, es el mi favorito.

La edición incluye bocetos de Lee Bermejo con algunas explicaciones de su composición y alguna portada del gran Tim Bradstreet. Un álbum imperdible.