La publicación del segundo volumen de los diarios de Susan Sontag –en una magnífica edición de Random House– nos permite acceder a la evolución del pensamiento de la autora de “La enfermedad y sus metáforas” en sus años de mayor esplendor. Una oportunidad inigualable de contemplar a la escritora en su “taller”; una obra que se disfruta como un trabajo de la mejor literatura del yo.
Un bildungsroman político Así define este segundo volumen de los diarios de su madre, la célebre crítica y escritora Susan Sontag, el también escritor y artista David Riff; una oportunidad magnífica de adentrarse en el despacho del escritor y revolver –con respeto, tratando si acaso de emular la curiosidad intelectual que la escritora mostró a lo largo de su vida– entre sus papeles. La conciencia uncida a la carne, revelador y bello título escogido por Riff para esta segunda entrega, cubre –tras esa particular “novela de formación” que fue Renacida– el periodo en que, a partir de la publicación de Contra la interpretación en 1966, Susan Sontag se convierte en una crítica de prestigio en los cenáculos intelectuales. Paradójicamente, su entronización en la intelligentsia del momento convive con un periodo de estupefacción en lo sentimental y de asunción de las dolorosas decepciones políticas con su país (en especial a causa de la intervención norteamericana en Vietnam). A menudo Sontag se muestra encolerizada y confusa ante la estupidez y la crueldad de sus gobernantes, especialmente a raíz de su viaje a Hanói. En lo personal, son años de zozobra amorosa (y sexual) en los que la autora utiliza su diario para la autoexploración (“Escribo –y hablo- con el fin de averiguar lo que pienso”, afirma en una de las entradas) y el intento de controlar sus propias emociones (“Está bien ser paranoica -expande la imaginación- pero no ser esquizofrénica –la contrae– “).
Pero sobre todo lo que convierte estos diarios en una lectura absorbente y tremendamente estimulante es el irreductible afán de conocimiento de su autora; una avidez cultural (“Comprar un diccionario del tamaño de un elefante”) que ella interpreta como una compulsión desordenada, casi bulímica, una necesidad de “llenar” su mundo como llenaría el estómago, de combatir la soledad. Ello se materializa en una catarata de reflexiones sobre los temas más variados –sobre alta y “baja” cultura, política, sociedad…– y su divertida pasión por las listas (de libros, escritores, citas, películas, egos, cuadros, cementerios, de proyectos literarios pendientes de realizar…). Su pasión desbordante por la sabiduría le lleva a interesarse por asuntos tan diversos como la la obra de Joseph Brodsky o los mutantes de la Marvel, de encadenar proyectos y trabajar sin descanso en una permanente lucha por “interpretar” el mundo, por resolver sus misterios. Y por encima de todos los enigmas intelectuales que la autora se plantea, está, por supuesto, el misterio del amor, que Sontag trata de desentrañar porque, al fin y al cabo, como a la mayoría de nosotros, le va la vida en ello. “¿Qué me hace sentir fuerte? Estar enamorada y trabajar” afirma con convicción. Este es el bello testimonio de la expansión intelectual de una pensadora que –como bien afirma su hijo– nunca dejó de considerarse a sí misma una estudiante; un diario que se disfruta como una magnífica novela de la literatura del yo, como uno de esos relatos inolvidables que, como dijo su autora, tienen la obligación de “romper el corazón al lector”.
Editorial: Literatura Random House
ISBN: 9788439725626
Pàgines: 528
Preu: 21,90€

Envía una resposta