Empezar tu primera Berlinale en el Friedrichstad-Palast, donde actuó Marlene Dietricht, produce un cierto escalofrio.
Este teatro posee el escenario más grande del mundo y es, con 1895 asientos, el cine más grande de la Berlinale. Situado en el antiguo Berlín Oriental, está unos pasos de donde se erguía el Muro de Berlín y de la estación que servía de frontera entre el Berlín Este y Oeste.
“La voie de l’ennemi”
Este lugar fronterizo resulta el escenario ideal para ver la película fronteriza de Rachid Bouchareb. Pero la primera a competición que veo en este festival de cine de Berlín me resulta fallida
El franco-argelino desmonta el film francés de 1973, “Deux hommes dans la ville”, con Jean Gabin y Alain Delon y lo reconstruye en Nuevo México, en la frontera entre México y Estados Unidos. Forest Whitaker es un expreso convertido al islam al que vigila la agente de la condicional Brenda Blethyn. Pero su reinserción se ve condicionada por un policía deseoso de venganza (Harvey Keitel) y un ex compañero de su pasado delincuente (Luis Ramirez).
Como en “London River”, Bouchareb trata sobre la cuestión racial, la emigración y la religión. Pero no convence. Sus grandes actores, incluida Blethyn que ya estuvo en la anterior película de Bouchareb, no resultan creíbles. Esperabamos más de Bouchareb que descubrimos con la maravillosa “Días de Gloria”.
“Kreuzweg”
En cine alemán está sorprendiendo favorablemente en esta Berlinale. Si “Jack” y su protagonista, el niño Ivo Pietzker, han recibido las alabanzas de la crítica, la cinta “Kreuzweg” proyectada el domingo también se abre paso entre las candidatas.
El título alude a las estaciones del Vía Crucis. Y como tal está contada. En catorce estaciones, en catorce estampas de planos fijos se nos narra el camino de una adolescente ultracatólica hacia su muerte en pos de la salvación de su hermano. Un relato sobre la familia y la cerrazón religiosa. Apunten este nombre: Lea van Acken. Apunten porque esta niña podría llevarse el Oso de Plata como mejor actriz.
“Historia del miedo”
La Berlinale ha hecho una apuesta fuerte por el cine Latinoamericano. Hasta cuatro cintas de otros tantos realizadores latinoamericanos participan a concurso en esta 64 edición. La presencia latina debutaba este domingo con el primer largometraje del argentino Benjamín Naishtat. Su “Historia del Miedo” pasó por la sección Cine en Construcción del Zinemaldia de Donostia. Una urbanización privada con gran parque en el que aparecen basura de una manera inquietante. Un ascensor que se para en un rascacielos de la gran ciudad. Y personajes asustados. Esos son los mimbres sobre los que se apoya el joven director para hablarnos del miedo. Una peli que sin embargo no mantiene la tensión. El suspense resulta inocuo.
El máximo suspense del día era saber si el director Lars Von Trier iba a comparecer en rueda de prensa para hablar de “Nymphomaniac”. La versión no censurada del volumen 1 se ha presentado en Berlín en la sección oficial fuera de concurso. Después de unos comentarios desafortunados en Cannes, el director danés se ha impuesto silencio. Hoy no lo ha roto. No ha asistido a la rueda de prensa. Pero en la sesión de fotos previa a la rueda de prensa, se ha dejado ver con una camiseta con el logo de Cannes y la leyenda “Persona Non Grata”. En la conferencia de prensa, Shia Laboeuf se ha encargado de dar la nota. Tras parafrasear a Cantona ha salido de la rueda de prensa. En el pase oficial de la tarde, ha paseado por la alfombra roja con una bolsa en la cabeza que decía “I’m not famous anymore”.
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