Estas últimas semanas ha sido el (madre mía como pasa el tiempo) décimo aniversario del estreno en tierras coreanas de “Old Boy”. El excelente film de Park Chan-wook supuso para muchísimas personas la puerta de entrada al cine coreano e, incluso, al cine asiático. Una película de culto con todas sus letras que revolucionó mentes por doquier y que tan sólo es comparable al efecto generacional que supuso al anime el estreno de “Akira” de Katsuhiro Otomo.
Pues bien, quizás mucha gente no lo sabía, pero “Old Boy” está basado en un manga que ha tenido la gentileza de reeditar DeBolsillo en nuestro país (la primera edición era de Ediciones Otaku Manga allá por el 2004) en unos ocho buenos tomos.
Ha sido una decisión editorial de lo más acertada, porque quien conozca la película tendrá la oportunidad de acercarse a la historieta japonesa y, encima poder apreciar los interesantes cambios argumentales que tiene el adaptarlo al mundo de la Corea del sur contemporánea como hizo el director de “Simpathy for mr Vengance” y los que ya sean aficionados al manga japonés, podrán disfrutar de una historia apasionante y trepidante que tiene ciertos ecos (salvando las distancias, ya se que las comparaciones son odiosas) a esas dos obras maestras que son “20 century boys” o “Monster” ambos de Naoki Urasawa.
El protagonista de nuestra historia, Sinichi Gotó, ha sido secuestrado en la planta siete y media de un edificio propiedad de la yakuza. Es un lugar donde se suelen encerrar a posibles testigos de juicios o hombres que buscar desaparecer un cierto tiempo, pero Gotó es encerrado durante diez largos años. Lo ha perdido todo y a todos, ya no le queda nada más que la compañía de un televisor -que hará que no pierda la cordura y aprenderá a boxear- y el plato de comida china que le sirven a diario. Un buen día le sueltan, con un traje nuevo y dinero para empezar de cero. Al poco, y con unas ganas de venganza terribles, emprenderá la desesperada búsqueda de sus captores para poder llevar a cabo su vendetta personal y entender porqué le hicieron esto; en esos primeros días de búsqueda infructuosa conocerá a Eri, una solitaria muchacha que le ayudará en sus pesquisas y se convertirá en su amante.
Todos -y sois muchos- los que hayáis disfrutado del film antes de haber leído el manga pensaréis que la adaptación es totalmente lineal, pero mi resumen ha sido deliberadamente cercano al de la película. Poco después del punto de partida vemos como hay tremendas diferencias que convierten este extenso manga en un manjar ampliamente disfrutable.
Y es que el guión de Garon Tsuchiya es totalmente brillante, con unos diálogos estupendamente bien escritos, escuetos y sin grandes parrafadas que nos distraigan. La acción está bien milimetrada y que a nadie se le olvide que toda la trama salió de la mente -¿enferma?- de este señor-. La galería de secundarios se va enriqueciendo mientras la trama se va ampliando y he ahí lo mejor de el guión, como van soltando píldoras y anticipos, como se va complicando la investigación y como somos testigos de la manipulación del misterioso captor.
No queda atrás el dibujo de Nobuaki Minegishi. Todo el manga es limpio para que podamos estar atentos a la narración, que se nos presenta con gran importancia en los gestos y miradas de cada personaje. Las escenas de acción son violentas y el sexo es húmedo. El diseño de cada personaje es tan particular que nos es fácil distinguirlos con una simple mirada, cosa que ayuda con los flashbacks y con la amplia extensión de los tomos.
En definitiva, una joya que no puede faltar en vuestras librerías.
Editorial: Debosillo
ISBN: 9788490325803
Páginas: 624
Precio: 15,95 €
Guión: Garon Tsuchiya
Dibujo: Nobuaki Minegishi
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