Esperadísimo como pocos, el tercer álbum de Lady Gaga ha sido recibido como cabía esperar con abrazos y puñetazos. Gaga, por su parte, responde a los abrazos con un ego más grande y a los puñetazos con sus resultados en listas de ventas y éxitos. Se dice por la red que Lady Gaga ha dejado de pensar en agradar al público en general para centrarse en sí misma y por ende en sus Little Monsters. Pero nada más lejos de la realidad. Sus Little Monsters ya serían felices sólo con alguno de sus pedos, a los que seguramente llegarían a considerar AIRPOP. No.”ARTPOP” aunque no lo consiga por completo, está hecho para agradar, aunque sea a base de repetir fórmulas y arriesgarse lo justo para contentar a quienes busquen en ella un espíritu aventurero.
En “ARTPOP” Lady Gaga demuestra su capacidad para generar buenos temas que además están destinados a convertirse en éxito. Pocos discuten las excelencias de temas como el primero de los singles, “Aplausse”, o “Gypsy” que muchos aplaudirían como nuevo sencillo.¿ Y qué hay de esa sorpresa titulada “Do What U Want”, con ese toque R&B de los noventa en un dúo -tan difícil de imaginar como grande en su resultado- formado por Gaga y R. Kelly? Segundo sencillo a regañadientes de muchos que tenían puestas sus expectativas en “Venus”, el tema que por artes de la mercadotecnia suena como sucesor natural de “Aplausse” en las radio-fórmulas españolas y que ya se ha colado en lo más alto de las listas de éxitos.
Todos ellos son temas que destacan entre el jaleo restante, formado, según las voces acusadoras, por un exceso en la producción. Una forma amable de decirlo, y es que no es que la producción sea excesiva, sino que a veces es directamente mala. Giros vocales equívocos, melodías incómodas, caóticas, desestructuradas. A ello hay que sumarle cierto mal gusto (y no hablo de ese que tanto nos gusta) en las letras. Elementos plausibles en temas como “Donatella”, ese innecesario homenaje a Versace, o “Mary Jane Holland”, otro homenaje, esta vez no diré que innecesario (y menos en su caso) a la Marihuana. Luego están las malas decisiones, como la de colar apretando y sin ni siquiera calzador ese tema hip-hop de segunda, “Jewels N’Drugs” con T.I., Too $hort y Twista adueñándose de la canción.
Pese a todo, tras sucesivas escuchas, a base de domesticar al Monster que llevamos dentro, habrá canciones que acabarán gustando, sino a unos a otros. Habrá quien encontrará innovadora la monótona “ARTPOP”, que verá en ese “Bad Romance” mal ejecutado llamado “G.U.Y.” a la Lady Gaga más auténtica, habrá quien se encienda con la fría “Sexxx Dreams”, quien festeje esa tontería llamada “MANiCURE”, incluso quien se emocione con esa balada (la única) tan forzada como es “Dope”.
Sin embargo habrá otros, entre los que me incluyo, que conectarán, curados de espanto, con ese electro sucio que se desprende de “Aura” (la mejor producción de Zedd en este disco), que vibre con el más chungo todavía “Swine” (e incluso sonría cuando Gaga se pone a cantar con esa voz “odiosa” al final de la canción), o que simplemente sepa reconocer las bondades de ese perdurable “Fashion!” (en el que se han involucrado David Guetta y Will.I.Am) por mucho que no sea más que el “Holiday” de Madonna pasado por un filtro a lo Daft Punk.
Mucho más que suficiente para que “ARTPOP” sea alabado, aunque sea más por su Pop que por su Arte. Aunque como ya he comentado en anteriores ocasiones, el arte de la Gaga va más allá de sus discos, y en ese sentido “ARTPOP” no es más que la banda sonora para sus performances, desde sus portadas (boquiabierto me quedé con la imagen para “Dope”), sus looks, sus videos o lo que le salga de la bola azul.
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