'Eve' de Booka Shade
8Nota Final

“Eve” es una delicatessen. El quinto trabajo de estudio de Booka Shade se puede definir como una creación en homenaje al buen gusto, sobria y robusta, una marca alemana de este duo de Frankfurt formado por Walter Merziger y Arno Kammermeier. De hecho ya habían generado mucha expectativa en los últimos meses y se rumoreaba por las pistas de baile que algo nuevo y revolucionario podría pasar con el huracán Eve.

Para hacer algo excitante hay que estar en un sitio excitante, decía Arno, y esa excitación del duo se traducía explícitamente en la expectación de los fans. Booka Shade se habían ido a Manschester a grabar un quinto trabajo en un old school studio. Con el resultado en las manos, se comprueba que cada sonido ha sido trabajado con la sensibilidad de los dedos en el sintonizador y la metodología del oído.

Booka Shade, referencia del german techno, viajan con “Eve” por el mundo del deep house con la sensibilidad propia del minimal. El tema “Many Rivers” abre la puerta a un espacio espontaneo, una música bastante Jazzy crea una atmósfera seductora, con batidas constantes pero al mismo tiempo revolucionarias, entre las que la voz penetra con eficacia y efecto sobrio, como el clamor que nos despierta a  la vida.

Walter Merziger i Arno Kammermeier, Booka Shade

Love inc”, “Kalimera” y “Leema”, crean una atmósfera oscura, envolvente, un viaje a un lugar perdido. Todo tiene una escenografía compuesta de misterio. Con “Kalimera” salimos del Club y entramos una era reflexiva, un electro relajado, donde las notas de piano transponen un plano esotérico enriquecedor. Con “Perfect Time” volemos al Club, con un tema de esos a los que nos tienen bien acostumbrados Booka Shade, un verdadero hit – el minuto 3:36 lo dice todo.

Time’s On My Side” tiene una rutina en el sonido que libera sensaciones hipnóticas. Para el octavo y noveno corte cuentan con colaboradores i obvian las palabras; en “Crossing Borders” desde el primer minuto ya sabemos a quién escuchamos, el mismísimo Fritz Kalkbrenner, con un feat. que es como él mismo, narcótico. El otro que se apunta a la fiesta es Fritz Helder, quien en “Love Drug” se tira por el electro-dance descaradamente (esperad hasta el minuto 3). “Jesolo” es el corte que cierra la puerta a un mundo lleno de sensaciones inquietantes.

Un gran álbum se distingue de los demás por los detalles. Si hablamos del deep house, esta premisa surge aún con más fuerza. Los graves, que forman el esqueleto de una canción, son los que marcan el ritmo, pero “Eve” es muy detallista y nos invita a abstraernos de esos sonidos e ir focalizando nuestros sentidos en el misterio de los detalles, mientras cada canción nos cuenta su historia, que puede que sea la nuestra.

Esto es lo que esperábamos de Booka Shade. Puede que sí sea la revolución del detalle, el buscar la potencia del minimal y colocarla en una escenografía dramática para nuestro oído. No lo sé. Lo que sí sé es que con “Eve” podemos cerrar el año bailando. Y mucho.

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