Triple y jugoso cartel en la Sala Razzmatazz dentro de los actos que tienen lugar para celebrar el undécimo aniversario de la sala barcelonesa: Tres chicos ingleses nacidos en los ochenta y que abanderan, cada uno a su manera, eso que se conoce como “electrónica de las emociones”.

En una sala Razzmatazz llena hasta la bandera fue Jamie Woon quien encendió la mecha. Le bastó con una guitarra, unos sonidos pregrabados y su excelente voz para dejarnos con la boca abierta. Su debut con “Wayfaring Stranger” (que remezcló Burial, por cierto) le puso en el mapa hace más o menos un año y con aquellas mismas armas se presentó en Barcelona: mirando al futuro y de reojo al soul. ¿Dubstep? Mejor le llamamos pop nocturno. Una preciosidad llena de beats cortantes y de melodías subyugantes, vamos.

Jamie Woon

Y si precioso fue el concierto de Woon, el segundo “Jaime” de la noche, lo bordó. James Blake o el gran hype del momento desmenuzó su álbum homónimo y parte de su último EP “Enough Thunder” con una mezcla de tranquilidad y excitación rítmica a partes iguales. Sabedor que su música se saborea en la intimidad mezcló el mantra de su voz (sabiamente utilizada jugando con samplers) y sus ritmos mas pausados con adaptaciones para el directo que en ocasiones nos recordaban a Orbital. Y es que lo que hace Blake es pop del futuro, soul de bits. Domina como nadie la mezcla del silencio y la imposición de su voz; una voz que en ocasiones puede recordar a Anthony pero que se convierte, en el caso de Blake, en un elemento más de cada tema y no en un alarde de potencia vocal.

James Blake

Uno a uno los temas fueron cayendo (impresionantes “Limit to your love” o “Unluck”) y poco a poco fuimos comprendiendo que levitar es posible. Radiante tecno soul que consiguió que nuestros pies se movieran y nuestros corazones se hincharan. Y para acabar su actuación nada más y nada menos que una versión extraordinaria de “A case of you” de Joni Mitchell. Arrodillados.

Jamie XX

Como fin de fiesta de la noche se subió a las tablas Jamie XX. El londinense aparcó a su grupo de pop electrónico The XX (su disco de debut se coló entre lo más laureado del año pasado) para ofrecer una DJ Session de lo más interesante. Se esperaba que pinchara tecno pop pero el remezclador del desaparecido Gil Scott Heron derivó hacia caminos más “negros”: mucho funk y mucho house para poner el broche de oro a una noche inolvidable.

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